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Presidente Zuma da su apoyo a víctimas de la violencia xenófoba en Sudáfrica

El presidente sudafricano, Jacob Zuma, anuló este sábado un viaje previsto a Indonesia y se dirigió a Durban, en el este de Sudáfrica, para dar su apoyo a las víctimas de la violencia xenófoba que azota el país.

En las últimas tres semanas, los ataques contra los inmigrantes, que comenzaron en Durban, en la provincia natal del presidente, dejaron al menos seis muertos --15, según una asociación-- y 5.000 desplazados.

La policía confirmó este sábado la muerte de otro inmigrante en el suburbio de Alexandra, en las afueras de Johannesburgo, donde se hacinan 400.000 personas y donde fueron saqueados varios tenderetes regentados por extranjeros.

Las autoridades se negaron, no obstante, a vincular lo ocurrido con la ola de violencia xenófoba y no dieron la nacionalidad del fallecido que, según fotógrafos locales, murió en el hospital tras haber sido apuñalado.

El área urbana de Johannesburgo vivió otra noche de violencia xenófoba, perpetrada por pequeños grupos, y la policía envió refuerzos a la zona.

En este ambiente, los extranjeros del continente que trabajan en el país siguen en máxima alerta, mientras crece la presión diplomática para evitar el baño de sangre de 2008, cuando hubo 62 muertos en disturbios similares.

Zuma acudió a un campo de inmigrantes que tuvieron que huir de sus casas en Durban.

A pesar de prometer una ayuda económica de 50.000 rands -unos 4.143 dólares-, el presidente recibió una fría acogida. "Demasiado tarde, demasiado tarde", "Vete a casa", le gritaron algunos de los extranjeros, críticos con la ineficacia de la policía.

"No se pueden justificar los ataques contra los extranjeros", declaró Zuma. "No son todos los sudafricanos quienes dicen que os tenéis que marchar, sino sólo una pequeña minoría".

"Incluso aquellos que quieran volver a sus casas deben saber que serán bienvenidos si deciden regresar, después de que hayamos acabado con la violencia", aseguró, antes de pedir que se organizaran oraciones el domingo para "enviar un mensaje de paz y amistad a toda la población".

La organización Foro de la Diáspora africana (ADF) pidió al gobierno que proteja a los extranjeros africanos que viven en Johannesburgo y Pretoria. Solicitó además que se recurra al ejército en el suburbio de Alexandra.

"¿Cuántos inmigrantes van a tener que morir para que (el gobierno de Zuma) utilice el ejército como en 2008?", declaró en un comunicado el portavoz de ADF, Jean-Pierre Lukamba, de origen congoleño.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se declaró el viernes "muy preocupado". En la región, varios países de donde son originarios los inmigrantes se preparaban para repatriar a sus ciudadanos.

Treinta detenciones

"Más de 30 personas fueron arrestadas durante la noche y serán procesadas por violencia pública, robo, efracciones y destrucciones voluntarias. La situación se ha calmado pero vamos a reforzar nuestros efectivos", dijo a la AFP Lungelo Dlamini, un portavoz de la policía provincial.

La aglomeración de Johannesburgo es muy extensa y también hubo violencias en Thokoza, un suburbio del sureste, escenario de enfrentamientos a principios de los años 1990.

También se vieron afectados los barrios de Cleveland y Jeppestown, donde se registraron altercados entre la policía y los habitantes.

Desde los disturbios de 2008, las violencias de este tipo son recurrentes enSudáfrica, gigante económico del continente que acoge a dos millones de emigrantes africanos, oficialmente censados, y a gran cantidad de indocumentados.

Esta situación refleja las frustraciones de la mayoría negra del país, que sigue sufriendo económicamente, y la reaparición de una cultura violenta exacerbada bajo el apartheid.

En Maputo, capital de Mozambique, un centenar de personas marcharon el sábado hasta la embajada de Sudáfrica.

"Estos actos xenófobos son muy tristes ya que Sudáfrica y Mozambique tienen una historia común, los apoyamos mucho en el momento del apartheid", declaró a la AFP un manifestante, Amilcar Manhica Junior.