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Presos de "alto valor" de Guantánamo hablan con sus familias por primera vez

Dos de los quince presos de "alto valor" de la prisión de Guantánamo, aislados en una instalación especial de máxima seguridad, pudieron hablar recientemente con sus familias por primera vez desde que están retenidos en esa cárcel, confirmaron este martes fuentes del Pentágono.

"El Departamento de Defensa trabaja en estrecha colaboración con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para facilitar mayores oportunidades a los detenidos de 'alto valor' de Guantánamo para comunicarse con sus familias", explicó un portavoz del Pentágono, el teniente coronel Myles B. Caggins III.

"Este paso es uno más en nuestros esfuerzos para continuamente, y cuando sea factible y coherente con los requisitos de seguridad, mejorar las condiciones de concesión de los detenidos", agregó.

Los dos reos que pudieron charlar con sus familias a través de videoconferencias fueron Abu Faraj al Libi, informador clave para localizar al que fuera el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden; y Abd al Rahim al Nashiri, quien se enfrenta a una posible pena de muerte por su presunta participación en el atentado del 2000 contra el destructor USS Cole en Yemen, según el diario The Washington Post.

Para llevar a cabo las conexiones, el Gobierno estadounidense impuso estrictas restricciones de seguridad en las llamadas así como vigilancia de las declaraciones de ambas partes para asegurarse de que no se divulgase información clasificada.

"El sistema de comunicación de los detenidos con sus familias se lleva a cabo en casi tiempo real a través de llamadas con vídeo facilitadas por el Departamento de Defensa y, como todas las comunicaciones a través de redes militares, el sistema está sujeto a supervisión en todo momento", agregó el teniente coronel.

"El uso del sistema de comunicaciones telefónicas de vídeo implica el consentimiento a la supervisión", añadió.

Los llamados presos de "alto valor", entre ellos varios implicados en los atentados del 11 de septiembre de 2001, se encuentran en un módulo diferente al resto, quienes sí tienen acceso a llamadas y contacto periódico con sus familias.

Permitir que estos 15 presos también puedan comunicarse con sus seres queridos responde a uno de los conflictos sin resolver acerca de los derechos más básicos de los detenidos, reivindicado durante estos años por numerosas organizaciones internacionales.