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Sobre un debate

Después de escuchar durante varias horas el debate de paramilitarismo que se hizo en el congreso, surgen varias reflexiones: la primera es que las acusaciones fueron graves desde distintos frentes y ameritan que la justicia se pronuncie. Pero hay algo más allá de lo político y lo judicial: tal vez fue el comienzo de una catarsis colectiva en uno de los escenarios de la democracia. Una catarsis que puede servir y que es necesaria si algún día de verdad queremos pasar la página de esta guerra que nos ha desangrado a todos.

De manera singular escuchamos una y otra vez a los congresistas hacer referencia a sus parientes muertos, a sus episodios personales como víctimas de la violencia.

Un congreso que tiene en sus curules a víctimas y a victimarios desmovilizados, en donde cada uno habló desde su orilla, desde sus dolores, desde sus obsesiones políticas. A veces parecía diálogo de sordos en donde no se escuchaba el argumento del otro.

Iván Cepeda y Álvaro Uribe, los protagonistas del debate en esquinas más que opuestas, comparten el sino de ser hijos de padres asesinados. Pero no son los únicos, escuchamos al hijo de Luis Carlos Galán, al hijo de Rodrigo Lara, a Antonio Navarro, exguerrillero y sobreviviente de un atentado y segundos después a Everth Bustamante, también desmovilizado del M-19 hoy en la orilla política más distante.

Se empezarán a hacer balances sobre ganadores y perdedores políticos y el debate seguirá en los estrados judiciales. Pero ojalá el episodio singular sirva para comenzar esa catarsis, ese decantar nuestra historia, ese vomitar los dolores y las rabias. Ese mirar hacia atrás, ese nombrar los horrores.

En el congreso, se pidió justicia, se pidió verdad, se pidió respeto, se pidió paz, se pidió castigo para los responsables de los crímenes... En el congreso se pidió, lo que está pidiendo Colombia. Ojalá en algún momento se entienda que todos buscamos lo mismo y que para poder avanzar, cada uno debe no solo exigir a los otros sino responder por sus propias culpas y si es del caso por sus delitos. O avanzamos por ese camino o la polarización que hoy vive el país puede terminar en el comienzo de una nueva violencia.