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Tensiones en Oriente Medio y el ébola acaparan la Asamblea General de la ONU

Las tensiones en Oriente Medio y la profunda crisis que viven Liberia y Sierra Leona por el brote de ébola dominaron este lunes la penúltima jornada de las sesiones de alto nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas.

En una de las presencias más esperadas en este foro, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, utilizó la tribuna de la ONU para arremeter contra Irán, contra el movimiento palestino Hamás y contra los grupos terroristas islámicos que amenazan la paz mundial.

Netanyahu metió a todos en un mismo grupo, al equiparar el peligro que representa el terrorismo del Estado Islámico (EI) con la posibilidad de que Irán desarrolle bombas nucleares si no se obliga a ese país a desmantelar su programa de enriquecimiento de uranio.

"Derrotar al Estado Islámico (EI) y dejar a Irán con poder nuclear es ganar una batalla, pero perder la guerra", afirmó Netanyahu en un discurso.

También censuró a Hamás por utilizar a civiles como "escudos humanos" durante el último conflicto armado en la franja de Gaza y utilizar presuntamente a niños "para proteger sus cohetes" durante los 50 días de hostilidades con Israel, en julio y agosto pasados.

La intervención de Netanyahu estuvo precedida por la del ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem, quien acusó a las potencias occidentales de prestar apoyo a grupos moderados que intentan derrocar al Gobierno del presidente Bachar al Asad.

Pero también pidió "unidad" de la comunidad internacional para combatir a grupos violentos como el Estado Islámico (EI), que está siendo objetivo de una serie de ataques aéreos de Estados Unidos y otras naciones aliadas.

"¿No ha llegado la hora de que todos admitamos que EI, Al Nusrah y otros afiliados de Al Qaeda no se limitan a las fronteras de Siria o Irak y que se extenderán a cualquier lugar, empezado por Europa y EE.UU.?", advirtió Al Mualem.

El ministro sirio dijo que el EI "es una organización apoyada, armada y entrenada para ser desatada como un monstruo" en contra de Siria, Irak y el Líbano y pidió frenar su avance y, a la vez, cesar el apoyo a otros grupos rebeldes sirios moderados.

"Vemos de parte de la Administración estadounidense una política de doble rasero al apoyar con dinero, armas y entrenamiento a unos grupos que ellos denominan moderados. Pero esa es la verdadera receta para aumentar la violencia y el terrorismo", denunció.

Si la jornada matutina de hoy en la Asamblea General de la ONU estuvo dominada por Oriente Medio, la vespertina quedó marcada por las intervenciones de Liberia y Sierra Leona, que acudieron a Nueva York para describir las repercusiones del brote del ébola.

"La crisis del ébola no es una crisis de salud; es una crisis total", afirmó el ministro de Exteriores de Liberia, Augustine Kpehe Ngafuan, en cuyo país han muerto 1.800 de las 2.800 víctimas fatales que ha tenido el brote del virus en África Occidental.

"Es una crisis económica, una crisis social y una potencial crisis política y de seguridad", agregó.

Se quejó de que el país se estaba recuperando del impacto en el sistema de salud causado por catorce años de guerra civil y ahora "ha vuelto a caer por el peso del virus mortal".

Precisó que el brote ha obligado a Liberia a revisar a la baja, en 3,4 puntos porcentuales, el crecimiento económico calculado para este año y advirtió que, si no se pone remedio pronto, la actividad económica puede bajar un 12 % en el 2015.

También habló del impacto económico de este brote en Sierra Leona su ministro de Exteriores, Samura Kamara, quien señaló que su país perderá 8 puntos porcentuales de crecimiento en la actividad económica calculada para este año.

Su nación es la segunda más afectada por el nuevo surgimiento del ébola, con medio millar de muertos y miles de infectados, y advirtió que al virus no se le puede atajar de forma aislada.

"Nuestra gente vive en medio del temor y ya no puede entender la naturaleza de un mal que se cobra vidas y evita a los miembros de las familias enterrar a sus seres queridos", afirmó el ministro de Sierra Leona.