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¿Toda distracción en un niño hace referencia a un trastorno?

Cuando los niños se distraen con facilidad de sus actividades cotidianas, la duda que embarga a los padres es si esta falta de atención hace referencia a un trastorno.

Sin embargo, expertos aseguran que no siempre la distracción de un menor corresponde a un trastorno que requiera de tratamiento como lo es el Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad – TDAH.

Para la doctora Andrea Abadi, Psiquiatra Infanto Juvenil y jefa de la clínica de TDAH, en Argentina, ”lo primero que debemos saber es que los tipos de atención varían según la edad. Por ejemplo, hasta los seis años es normal que los niños se distraigan con facilidad. Es decir, que en los primeros años del colegio es el escenario perfecto para saber si la debilidad es o no patológica”.

“Un chico con TDAH puede rendir poco con respecto a sus compañeros, le cuesta terminar actividades en tiempos específicos, tiene problemas para relacionarse con terceros, se le es difícil permanecer quieto etc” Explicó la doctora.

Según la psiquiatra, “para determinar si la distracción requiere tratamiento, este debe ser visto solo por un experto para evaluar si es necesario intervención especial, porque por lo general la distracción de un menor, dependiendo su edad, no corresponde a un trastorno”.

Una atención a tiempo puede guiar correctamente a los padres para el cuidado de los menores, pues en el mayor de los casos los niños diagnosticados con TDAH son tratados con palabras y acciones agresivas.

“Este tipo de niños genera impotencia en los padres por lo que tienden a maltratarlos físicamente pensando que pueden controlarlos así. La realidad es que existe tratamiento farmacológico pero no en todos los casos es necesario”, agregó la doctora Abadi.

Psico-educación con los padres y cuidadores pueden en su momento, y dependiendo el caso, evitar que el menor dependa de algún tipo de medicina; por el contrario, pueden ser pacientes que con otras actividades se pueden recuperar.

Lo importante es detectarlo a tiempo para evitar que éste desarrolle problemas en su conducta a futuro.