Tras las huellas del patrullero Jairo Díaz

Más de 46 horas de esa incertidumbre completa la familia Díaz que desde las montañas de Manizales llegaron a las montañas de Bogotá en busca de respuestas sobre el paradero de su hijo, hermano y novio.

El padre del patrullero, Jairo Díaz, de quien el joven Policía heredó su nombre, pidió que no le hagan daño a su hijo.

"Yo solo pude hablar con él el 8 de enero en la terminal de Manizales y pido que no le vayan a hacer nada, que lo traten bien, que no le hagan daño", dijo

Diana Romero novia del patrullero señalo: "Porque no dicen nada, la Policía ni lo busca, dicen que lo están buscando pero ni lo buscan, dicen que lo están buscando pero quién sabe dónde porque aquí no hay Policía".

Katherine hermana melliza de Jairo Díaz dijo: "Mi hermano no tiene problemas, no toma, no fuma, el solamente estaba entregado a esto. Mi hermano luchó muchísimo para llegar aquí y conseguir su sueño y es triste que se le acabe así de un momento a otro".

Más de 300 hombres buscando en Usaquén

Tres días completa la búsqueda del patrullero Jairo Díaz. Entre 300 y 400 hombres suben y descienden a cada minuto por los cerros escarpados y boscosos que incluso se comieron hace poco una cancha de baloncesto instalada en la parte alta de Villa Nidia.

El Coronel de la Policía Jairo Díaz, jefe del Cuerpo de Rescate de la institución es también el encargado de mantener la esperanza de hallar a su Policía sano y salvo.

"Los grupos operativos para la gestión de riesgo están desde la parte de arriba, inclusive estamos llegando a jurisdicción de la Calera en la búsqueda", dijo el oficial.

Con desilusión se continúan descartando pistas. Una tonfa (bolillo) y una gorra encontradas durante la madrugada del lunes resultaron no ser de Díaz, a quien pareciera se lo hubiera tragado la tierra, pues literalmente, en túneles bajo la montaña, han estado los rescatistas en pos del uniformado y no lo han encontrado.

Cruz Roja, Bomberos, Defensa Civil y Fopae, además de la Policía avanzan en la búsqueda infructuosa por la zona del bosque en Usaquén y también inundando las calles de la zona urbanizada con miles de volantes con su imagen.

Cada vez toma más fuerza la posibilidad de un secuestro, pero persisten dudas sobre por qué lo habrían despojado de su chaleco o por qué las bandas delincuenciales de la zona niegan el rapto. "De esos bandidos se puede esperar cualquier cosa" dice el Coronel Reynaldo Rojas, Comandante de la Policía de Usaquén, mientras mira hacia la montaña con la misma incertidumbre que los familiares del patrullero Díaz.