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Un tribunal de Fráncfort prohíbe a Uber actuar en todo el territorio alemán

La Audiencia provincial de Fráncfort ha dictado una resolución provisional por la que prohíbe a Uber, la compañía que conecta a vehículos con conductor con potenciales pasajeros, actuar en todo el territorio alemán.

El auto, hecho público hoy, da la razón a la cooperativa de taxistas que demandó a Uber y establece que la aplicación y el servicio Uberpop no pueden conectar viajeros sin contar con la licencia que exige la ley alemana de transporte de personas.

El incumplimiento de esta resolución judicial será castigado con 250.000 euros y se podría detener a los responsables de la plataforma, que ya han anunciado que apelarán y agotarán todas las vías de recurso.

En un comunicado, el vicepresidente de la cooperativa demandante, Dieter Schlenker, manifestó su satisfacción por un auto que demuestra que ninguna empresa, por muy neoliberal que sea, puede situarse al margen de la ley que regula a los conductores y protege a los consumidores.

"Uber funciona gracias al capital millonario de Goldman-Sachs y Google, se presenta con apariencia de start-up y se vende como el mesías de la nueva economía", denunció Schlenker.

Los taxistas denuncian que la plataforma gane dinero sin investir y sin asumir responsabilidad alguna, ya que los conductores no son controlados y no están asegurados, con lo que los pasajeros tampoco están protegidos.

Por su parte, taxi.eu, que agrupa a un centenar de centrales de taxi de toda Europa, elogió también la resolución y confió en que se convierta en un ejemplo para otros países europeos.

Fuentes de Uber mostraron su rechazo a una decisión que "restringe la posibilidad de elección" de los ciudadanos y subrayaron que "la innovación y la competencia" son buenas para todo el mundo.

Tras recordar la buena aceptación de los servicios de Uber en Alemania, uno de los mercados de más rápido crecimiento para la aplicación, ratificaron su decisión de recurrir el auto y continuar con su actividad en el país.

El pasado mes de junio miles de taxistas de grandes ciudades europeas, como Barcelona, Madrid, Berlín, París o Milán, se movilizaron contra el intrusismo que, a su juicio, favorecían aplicaciones para teléfonos móviles como Uber.