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Una llamada repica como una tortura para los familiares de un secuestrado

Una conversación rutinaria entre marido y mujer se convirtió de pronto en un suceso extraordinario, sin quererlo.

Era la noche del 2 de febrero de 2003, él desde Bogotá y ella en Medellín sostuvieron una conversación normal que terminó con un “feliz noche y recuerda que te amo”.

Y como no ocurría habitualmente, él le repitió la llamada para decirle que se le había olvidado algo y casi susurrándole a la distancia le dijo que la amaba con todo su corazón.

Sorprendida y feliz ella escuchaba esa hermosa declaración de amor en la que le reiteraba que “tú eres mi vida y mis hijos son lo mejor que me has dado”.

Ésta, que podría ser una historia de amor infinito, se convirtió con el tiempo en el recuerdo más doloroso para Fanny Estela Pineda Taborda, porque fue la última conversación que sostuvo con su marido, Jhon Fernando Ramírez, secuestrado al día siguiente por el ELN en un retén instalado a la altura de Cocorná Antioquia, mientras regresaba desde Bogotá a Medellín.

Pasó una nueva navidad e inició otro año sin que haya noticias ciertas de su suerte y paradero y sólo queda el recuerdo de esa última llamada y de los mejores momentos vividos al lado de un padre que su familia califica de amoroso y trabajador.

Una pista de esperanza

A finales del 2014 la Sijín capturó en el barrio San Benito de Medellín a un señalado integrante del ELN conocido con el alias de ‘Carroloco’, de quien se dice hizo parte de la estructura del Frente Alirio Buitrago, encargada de los secuestros y extorsiones en el departamento de Antioquia.

Esa captura abrió la esperanza de conocer la suerte de Jhon Fernando, pero se ha convertido en un nuevo foco de tensión insoportable ante la expectativa de poder encontrarse con ese hombre para que cuente que pasó con su ser querido.

La sola noticia de la captura de ‘carroloco’, cuyo caso está en manos de la Fiscalía 51 especializada de Medellín, despertó de nuevo las esperanzas de sus familiares de volver a ver a Jhon Fernando, hasta el punto que algunos familiares escribieron en sus cuentas de twitter que “Laura, Pablito y José esperan para navidad a su papá secuestrado por el ELN en el 2003”.

La esposa y los tres hijos del comerciante antioqueño salieron hace varios años de Medellín por amenazas y por eso su abuelo y otros familiares son quienes han venido adelantado las acciones para intentar conversar con el guerrillero capturado, en su afán de saber qué pasó durante el cautiverio.

Revivir la angustia

Ni siquiera los anuncios hechos el pasado 7 de enero por los voceros del ELN, han logrado mitigar la angustia de esta familia que ha revivido el secuestro de su familiar como si acabara de ocurrir.

Fanny Estela recuerda que en el año 2005 iba con frecuencia al batallón del oriente antioqueño, en dónde estaban detenidos varios guerrilleros que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz para recibir beneficios, en un afán de recibir la información que ellos suministraban sobre los secuestrados que tenían en su poder y las fosas en dónde habían sepultado a los muertos en cautiverio.

Dos años después del secuestro ocurrido a principios del 2003, uno de esos guerrilleros confesó que su esposo había muerto, pero nunca habló del lugar en donde reposan sus restos.

“Dijo que mi esposo estaba enfermo, que había sufrido por el clima y que para caminar se apoyaba en un bastón en el que tenía marcados nuestros nombres, pero nunca dio el sitio exacto en dónde lo podían tener”, relató Fanny Estela en el programa La Noche de Libertad de RCN Radio.

“La gran noticia de la que me hablaba un oficial de Ejército, es que tenían información que mi esposo había muerto en cautiverio”, relata la esposa del comerciante, quien recuerda que en el año 2003 habían pagado el rescate y que desde entonces no hay una sola noticia.

“Esperamos que se sepa dónde están los restos, porque hasta el momento no hay ni cuerpo ni nada y esperamos que aparezca, porque no saber si está muerto o vivo, si está enfermo o aliviado, es la angustia más grande de un ser humano”, repite conmovida.

Llamado al ELN

Un eventual acuerdo de paz abre nuevas esperanzas para estas familias que han sufrido la dolorosa tragedia del secuestro de los suyos, por eso Fanny Estela dice que luego de los recientes anuncios “su pedido es que los integrantes del ELN se pongan la mano en el corazón y vean el sufrimiento que causan”.

Reitera que es doloroso que los integrantes de la guerrilla no entiendan que hay hijos que están creciendo sin sus padres y haciendo memoria de esa llamada hecha desde Bogotá la noche anterior a su secuestro, insiste en que Jhon Fernando era un papá amoroso y dedicado.

José Fernando tenía 14 años, Pablo Ángel tenía seis años y Laura cinco añitos y su ausencia no solamente dejó un hueco afectivo enorme sino que, incluso, provocó problemas con el comportamiento del mayor de los muchachos.

Su mamá cuenta que cometió ”muchos errores en la vida” y se metió en cosas que no debía” y cuando le pregunto si pudo superar esos errores, guarda silencio para pensar la respuesta y decir que ‘no’ en todo y justificarlo diciendo que el joven ha sido bastante rebelde.

Apenas recobra el aliento para agregar que “hoy es el día que todavía lo recuerdan llorando y se preguntan por qué las cosas sucedieron de esa manera, y sobre todo, porqué a sus hijos no les permitieron la posibilidad de crecer al lado de un papá”.

Mensaje para él

Mientras su esposa insiste en que quedan los mejores recuerdos del hombre que fue su esposo durante muchos años, que hay muchas cosas que contar al regreso y que hace falta, la joven Laura interviene para dejar aflorar también sus sensaciones sobre la ausencia de su padre.

Laura asiente cuando su mamá insiste con la voz quebrada que el secuestro lo ha pagado toda la familia y que es necesario que el ELN “ofrezca una noticia real en el que nos digan si lo mataron, porque simplemente queremos tener el cuerpo para poder hacer el duelo”.

Esa referencia hace que Laura se conmueva intensamente al recordar a su padre, para decir a renglón seguido que él significaba todo para una niña que se pasaba en todo momento con él, mientras insiste en lo duro que es no volver a verlo.

Habla a través de La Noche de la Libertad para decirle a su padre que lo ama mucho, que tenga fuerzas para volver, que nunca se rinda y que lo sigue extrañado y luego le habla a los hombres que lo secuestraron para decirles que es necesario que le digan qué ocurrió con su padre y dónde está.

Dice al final que su familia ”qué ocurrió realmente” con su papá para recobrar el aliento o ”para saber si es sólo un recuerdo”.

Este es el llamado clamoroso que están haciendo los familiares de los secuestrados y víctimas del ELN después de escuchar a los jefes de la guerrilla hablando de la posibilidad de un proceso de paz e incluso de dejar las armas.

Es lo que espera esta familia que tuvo que salir de Medellín y también doña Cecilia González luego de que tres guerrilleros del ELN capturados en el Cesar, confesaron que su hijo Javier Alvernia había muerto en cautiverio y la familia del secuestrado alcalde del Bajo Baudó en el Chocó, Fredy Palacios y la de centenares de colombianos que aún sigue esperando a sus familiares secuestrados.