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Veinte años cuidando hijos ajenos y no tiene derecho a una pensión

Doña Clemencia Ramírez tiene 50 años de edad, de los cuales 20 ha dedicado a cuidar niños en su hogar comunitario del barrio Santa Sofía, en el norte de Bogotá.

Todos los días se levanta muy temprano para realizar las labores propias como madre de tres hijos y esposa. Luego se alista para recibir a 14 menores, entre los 5 y 12 años, a quienes debe cuidar como si fueran sus propios hijos.

Doña Clemencia describe cómo es un día suyo. "Me levanto muy temprano programando todo lo del día; vivo en una casa de dos pisos, tengo que mantenerla limpia todo el tiempo. Arranco a hacer el almuerzo de los niños, espero a la madre auxiliar a las 8 de la mañana para que me ayude a recibir a los niños, montamos ollas para las medias nueves, el almuerzo, refrigerio de la tarde. Tengo que atender el teléfono, la puerta, los niños enfermos, las mamás con problemas de pareja, me toca hacer de psicóloga, de lunes a viernes".
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Mensualmente recibe un salario mínimo y por cada niño los padres le pagan 33 mil pesos por el cuidados de los menores. De ese salario, ella le paga a un auxiliar y debe mantener en buen estado las instalaciones del hogar. Al final, escasamente le quedan 500 mil pesos.

Pese a los 20 años que ha dedicado a esta labor, cumpliendo los exigentes requisitos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), trabajando de lunes a viernes más de 8 horas al día, no recibe las prestaciones sociales de un trabajador, ni tampoco ha cotizado para una pensión.

Por eso ella, al igual que otras 77 mil madres comunitarias le están pidiendo al Gobierno Nacional que les otorgue una pensión digna y reconozca su trabajo, que les ha permitido por varias décadas cuidar y educar a miles de niños en todo el país, cuyos padres trabajan o no pueden dedicarles tiempo completo.

"Llevo 20 años trabajando, pero ya estoy cansada, trabajo desde pequeñita, necesito descansar ya es justo", anota la madre comunitaria.

Agrega que el Gobierno tiene presupuesto para otorgarles una pensión. "Le pedimos al Presidente que se ponga la mano en el corazón y escuche a las mujeres que estamos protestando y las que tienen unas edades muy avanzadas, que diga sí señoras ustedes se merecen esto, porque hay mujeres que llevan 35 años prestando esta labor".

Se calcula que actualmente hay 14 mil madres comunitarias, en edad de pensión o que se encuentran enfermas, o incapacitadas para realizar su labor, pero que no tienen ningún tipo de ayuda del ICBF para su jubilación.