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Viaje al 'corazón' del Buen Pastor: condenada por ser esposa de un traficante de armas

RCN La Radio inicia una serie de historias de vida de mujeres en la cárcel del Buen Pastor en Bogotá. <b>Sandra</b>, como quiso que le llamáramos cuenta que los más difícil de vivir allí es "<i>tratar de encontrar un rayo de sol todos los días</i>".

Sandra tiene unos 32 años pero parece de 40. Es abogada y cuando habla con sus compañeras sobre su situación lo hace con ironía y burlándose de su desgracia.

Ingresamos a esta cárcel, para acompañar a unas 30 mujeres a un taller sobre finanzas que realizaba la Banca de Oportunidades. Fuimos a un salón con sillas blancas que se volvieron grises con el tiempo. Además el tablero y las paredes estaban maltrechos.



En este lugar llegan las mujeres vestidas de presidiarias, pantalón café con chaleco naranja. Algunas le ponen su estilo con collares, aretes o guantes.

Sandra en medio del taller hace una exposición sobre las deudas y les dice a sus compañeras que "las deudas son quitasueños, pero no más que estar en la cárcel".

"No se metan en deudas que no pueden pagar, porque luego no les coge el sueño, si no más no dormimos estando acá, imagínese con deudas", afirma jocosamente y todas se ríen.

Ella cuenta que en marzo de este año pedirá detención domiciliaria y que está en la cárcel condenada por concierto para delinquir agravado y fabricación - tráfico de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares.

Narra que su esposo, un civil, vendía armas a la guerrilla que compraba al Ejército. Dice que cuando se casó hace más de siete años no sabía "la magnitud del negocio de mi marido y lo vine a saber en el momento en que nos capturaron".

"Me vincularon al proceso por mi esposo, mi esposo trabajaba con la guerrilla y vendía armas y a mí me vincularon. No estaba trabajando con él, me vincularon porque en algún momento recibí un dinero en mi cuenta. Por eso estoy acá", indicó.

Cuando le preguntamos sobre lo que haría al salir de la cárcel, contestó que desea pasar el mayor tiempo posible con su familia e hijo.

Ella fue capturada cuando estaba embarazada y desde entonces ha sido poco el tiempo que ha estado con su pequeño.

Afirma que no sabe si se separará de su esposo. Él también está cumpliendo una condena que es mayor a la de ella.

"Mi esposo no sé si salga, eso depende, mi esposo es mi esposo y es mi familia, eso depende del modo de vida que él quiere seguir, si quiere un modo de vida bueno para mi hijo y para mí, seguiremos como familia, si no, pues no. Ya bastante mal ejemplo le he dado a mi hijo con estar acá", aseguró Sandra con lágrimas en los ojos.