Cargando contenido

Ahora en vivo

Seleccione la señal de su ciudad

James-Cardona-Bacca...Cuadrado perfecto



La gran lección de los duelos victoriosos de Colombia en La Paz ante Bolivia y Ecuador en Barranquilla, ha tenido un efecto especial. Cuatro talentos pueden estar juntos, hacen jugar al resto y compartir obligaciones y aplausos.
Es muy curioso, pero nadie volvió a ocuparse de si hicieron falta Teo, Jackson, Falcao, Guarín, Armero, Zúñiga, Yepes o Mondragón. La frágil memoria del fútbol vuelve a ser apabullante.  Aquellos, pareciera que nunca hubieran pasado por el actual seleccionado. Hace dos años en Brasil, los "olvidados" compartían abrazos, los bailes animados, hoy son solo memoria obligada, recuerdos frágiles.
Así es el fútbol, porque ahora hay un nuevo "Cuadrado Mágico", en el que James, que siente el calor y el afecto, se vuelve a poner la franja de capitán. Cardona, en un plan diferente al que vive en Monterrey de México, menos protagonista, es socio de todos, lo propio Cuadrado, quien ayuda en cualquier flanco, sin protestar, como le ordena Allegri en la Juve y Bacca, que espero con paciencia que pasaran Teo, Jackson, Falcao, y ahora con pocas sombras en su titularidad, se ha adueñado de una posición que viene desarrollando desde Junior, Brujas, Sevilla y ahora Milán. Quizás lo único malo de esta convocatoria, fue el robo que sufrió Carlos, en su casa de Milán, por unos malvivientes casi identificados.
Ahora todo es miel y hojuelas. Viene la Copa del Centenario, en la que seguramente Pékerman, puede dar alguna sorpresa en la convocatoria, ya que debe haber más oportunidades a muchos olvidados o poco utilizados de hoy. El objetivo real, es clasificar al Mundial no tratar de desgastar un equipo, en una Copa que huele más a un suculento negocio de las televisoras de Estados Unidos y México, que a una real batalla deportiva.
Septiembre está cerca, aunque para muchos es lejano. Vendrá la rebelde Venezuela, siempre "cáscara de resbalón" para el fútbol Colombiano y una visita complicada a una Brasil, que no descresta a nadie, ni siquiera a Lula y Dilma.