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Experiencia Ovni

Juan Manuel Ruíz / Foto RCN La Radio

Por: Juan Manuel Ruíz

Veníamos de Boyacá, de un partido de fútbol que habíamos jugado en el municipio de Cucaita los integrantes del equipo de RCN RADIO para esa época, año 2009. El partido quedó 1-0. Era un día bastante despejado y caluroso. Nos habíamos divertido. Todo había salido bien.

Ese mismo sábado en la tarde nos devolvimos para Bogotá. Íbamos en el carro del periodista Francisco Tulande, yo era el copiloto, y en el asiento de atrás nos acompañaba la bella periodista Erika Delgado. Tomamos la carrera 30, ya en Bogotá, y notamos que el cielo también estaba despejado. Cuando empezaba a caer la tarde algo ocurrió que nos impactó.

En el cielo, como si hubiera salido del estadio El Campín, un objeto con forma de bumerán, multicolor, se quedó estancado en el aire, luego retrocedió un poco, y volvió a quedarse quieto. Francisco nos preguntó si estábamos viendo lo que él estaba viendo. Le dije que sí; Erika también.

El bumerán, de colores intensos rojo, amarillo, naranja y azul, hizo otro movimiento raro en el aire, como una voltereta, como si buscara un atajo, y se perdió raudo, presuroso, travieso, sobre las casas del barrio Nicolás de Federmán.

El episodio pudo durar uno o dos minutos, no recuerdo bien. Y como fue tan impactante, sobre todo cuando uno tiende a ser un poco severo en los juicios frente a esas cosas y aún más frente a quienes las viven y las cuentan, decidí no comentarlo con nadie más. Pero esta vez decidí reconstruirlo.

Muchos dirán que cada quien ve lo que quiere ver y respeto esa posición, sin entrar en polémicas. Por eso les pedí a Francisco y a Erika que me dijeran, 6 años después, qué recuerdan de lo que vieron. A continuación reproduzco textualmente lo que me enviaron por escrito.

Esto me dijo Francisco Tulande:

"Recuerdo perfectamente la experiencia porque fui quien alertó sobre el objeto brillante y extraño cuando conducía hacia Bogotá.Era un objeto demasiado brillante con desplazamientos diferentes. Pero insisto, muy brillante aún en plena tarde.

Sentí tranquilidad porque antes había visto objetos similares, particularmente hace unos 15 años, en La Calera, cuando decenas de automovilistas observamos un objeto brillante sobre la zona del aeropuerto, pero no se movía. Brillaba mucho. Luego se desplazó en fracciones de segundo hacia la zona del centro. Permaneció allí casi un minuto y luego se desplazó al occidente y desapareció. A quienes lo vimos desde la montaña no nos quedó duda de que era un ovni.

Mi gran reflexión es que, definitivamente, no estamos solos. Aunque a veces me hacen dudar científicos que hablan de objetos que caen del espacio, desechos cósmicos, o fragmentos de satélite. Esa es la duda".

Y esto me dijo Erika:

"Recuerdo que íbamos por la NQS, de norte a sur, en un carro a velocidad normal. Eran cerca de las 4 de la tarde, con el cielo totalmente despejado. De esos días donde el azul del cielo es intenso.

Luego de pasar el puente de la 63 con 30, las tres personas que íbamos en el carro apreciamos como un objeto que no logramos identificar, una esfera llena de luz, que cruzó desde el lado del estadio El Campín hacia el barrio Nicolás de Federmán, donde se perdió entre los edificios del sector.

Ese día el estadio estaba cerrado y no había ninguna actividad.

La claridad del movimiento de este objeto, contundente, preciso y magistral, nos dejó atónitos. Al tiempo, todos comentamos lo que acaba de ocurrir, ninguno pudo darle una explicación, y aunque tratamos de buscar una señal, no había rastro del objeto.

Nos maravillamos con lo observado, nos llenó de emoción y al final concluimos que éramos muy afortunados de ver semejante espectáculo en el cielo capitalino.

Cuando lo vi me sentí de inmediato en shock, atónita y perpleja ante lo que estaba mirando. Cuando el objeto se perdió, sentí alegría, emoción por ser tan afortunada de ver lo que observamos, de estar acompañada y de que haya sido una experiencia compartida.

Siempre fui muy incrédula ante este tipo de cosas, la experiencia que viví al observar este objeto no identificado, me enseñó que por lo menos no todo tiene explicación y que no estamos solos, definitivamente.

Una pregunta que el periodista Jesús Quintero –para mí, el mejor entrevistador del mundo en idioma castellano—suele hacer a sus invitados, siempre me ha encantado: ¿Ya ha sacado sus primeras conclusiones?

La pregunta, abierta, tramposa, como todas las de Quintero que exigen largos silencios previos, le deja a uno espacio para pensar: "bueno, he recorrido un buen tramo de este camino y sí, creo que sí, ya me atrevo a sacar algunas conclusiones sobre esta vida".

Y me atrevo a afirmar, luego de lo que vi, y como confeso hombre de fe que soy, una conclusión que a mí me parece clara y sencilla, demasiado simple: no sabemos nada del universo que nos rodea y somos demasiado cerrados frente a lo que desconocemos. Lo cual me emociona mucho, me llena de ansiedad, de curiosidad: como dicen mis dos compañeros, no estamos solos en este universo mundo. Hay cosas –o seres—por ahí, husmeando, mirando, en otro cuento, en otro rollo, mientras acá abajo nos matamos y nos odiamos.

Es más: quiero, caprichosamente, mirar este asunto con la ingenuidad de un niño. Creo que esos otros que nos acompañan son seres mágicos, indetectables, misteriosos, que nos observan y analizan. Qué pena con ellos. Qué pena con lo que ven. Qué vergüenza con tanto dolor, tanto odio, tanta sangre que hacemos brotar acá en la Tierra.

Para ellos, como diría el locutor del bazar allá en el barrio de mi infancia, va mi cariñoso y caluroso saludo de bienvenida. Un poco tarde, pero nunca es tarde para lo que es inmenso y maravilloso, además de misterioso.

Sin embargo, el asunto no puede quedarse en la anécdota y creo que hay varias preguntas por resolver. Una de ellas es ¿por qué con tanta evidencia sobre los ovnis se persiste en negar el fenómeno? ¿Por qué la presencia de ovnis es un asunto de seguridad nacional o mundial? ¿De dónde vienen esos ovnis? ¿De qué forma es la vida extraterrestre?

Me quedo con el misterio, más que con una teoría conspirativa. Algún día, ojalá sea pronto, el misterio se resuelva y aceptemos que, como alguien dijo por ahí: si las cosas fueran como son, la ciencia entera sobraría…