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Los periodistas de la posdemocracia

Fernando Posada

Por: Fernando Posada

En una revista reciente, lúcido como siempre, el pensador alemán Jurgen Habermas se refirió al fenómeno del Brexit y a la incertidumbre que la salida del Reino Unido de la Unión Europea representaba para el futuro del orden mundial. Con 87 años a cuestas, Habermas planteó que la ciudadanía del hemisferio occidental traspasó desde hace algunos años las barreras del proyecto de la democracia, y que hoy sería más adecuado hablar sobre un periodo de ‘posdemocracia’ en donde acciones como la comunicación y la participación se ven radicalmente cambiadas.

El concepto de la posdemocracia todavía es joven y falta aún precisar muchas de sus implicaciones. Pero lo cierto es que, si bien las reglas democráticas se han mantenido casi intactas en los últimos cincuenta años, aparece ante los diversos procesos transformadores que durante ese mismo periodo ha enfrentado la figura de la ciudadanía.

La posdemocracia es esencialmente un nuevo proceso humano en donde la participación en temas políticos han trascendido el ámbito electoral y los avances recientes en materia tecnológica han facilitado que los ciudadanos se involucren con mayor facilidad en la defensa de causas. El internet y la aceleración en las acciones de la comunicación han sido determinantes para estos cambios, que fundamentalmente replantearon la relación entre los ciudadanos y la información. Esto último ha significado un reto inmenso para el ejercicio del periodismo.

Hoy por hoy la información está en todas partes y en muchos casos es difundida por los mismos ciudadanos, quienes con la ayuda de las redes sociales han llegado a reconceptualizar la línea delgada que separa a quienes comunican un contenido de quienes lo consumen. Hace no muchos años ese mismo límite era impuesto por lo costoso y aparatoso que resultaba crear una revista o un periódico. Pero en estos tiempos son muchos los casos en donde dos o tres personas crean de manera exitosa un espacio desde el cual difunden sus contenidos y sus análisis.

No es una exageración desde ya anticipar que la ciudadanía de la posdemocracia será cada vez más inteligente y exigente en cuanto al consumo de contenido informativo, precisamente porque el acceso a la comunicación está en todas partes. Las puertas del periodismo multimedia apenas están empezando a abrirse para la ciudadanía, pero desde ya es evidente que el futuro está en la innovación y en la continua apuesta hacia la relevancia de lo que se comunica.

El reto inmenso que tenemos quienes ejercemos el periodismo en este nuevo fenómeno es el de continuar transformando la información convencional en contenidos que ofrezcan experiencias innovadoras, que incluyan repertorios analíticos e investigativos. Resulta además esperanzador que los ciudadanos sean cada vez más exigentes en cuanto a la información que consumen y que defiendan desde todas las esferas de la vida civil las causas en las que creen. Que quepa la certeza de que los periodistas y los medios de comunicación buscamos innovar permanentemente, para ofrecerle a los ciudadanos la calidad y la variedad que estos nuevos tiempos requieren.