Geografías de la verdad: un recorrido por las memorias del conflicto

El Museo Casa de la Memoria, en Medellín, inauguró el 26 de julio una exposición que lleva las verdades del conflicto armado al arte. Geografías de la Verdad, con la participación del artista Sergio Gómez, pretende ser una reparación simbólica para las víctimas de la guerra en Colombia.

Esta muestra explora la estética del dolor y la enseñanza desde el arte para que se reconozcan las atrocidades padecidas en los campos y no se vuelvan a repetir.

En La Noche de la Libertad conversamos con Melina Ocampo, líder de investigación del Museo, quien nos contó sobre esta iniciativa que según ella surge desde las víctimas, las cuales manifestaron la necesidad de contar con un espacio en el que pudieran materializar sus memorias de la violencia y las múltiples verdades que la componen, “La verdad es tan diversa como la geografía colombiana”, añadió.

La exposición, que no se centra en un solo tipo de crimen, reconoce que en los más de cincuenta años de guerra colombiana, los procesos de desaparición forzada han sido los que más impacto y dolor han significado para las familias de las víctimas. Por ello, las víctimas de toda Antioquia fueron convocadas a enviar tierra de sus propiedades, como manera de visibilizar las tierras donde presuntamente hay gente desaparecida.

Al respecto, Sergio Gómez, resalta el poder de construcción de tejido social que hay en el arte y que, en este caso puntual, lleva a reflexionar alrededor de la muerte y la guerra con la idea de construir otros futuros posibles.

También el artista reconoció que “Aunque para las víctimas nunca va a ser suficiente lo que se haga, un acercamiento desde el arte ayuda a sanar en medio de su proceso de duelo”.

El Museo Casa de la Memoria abre sus puertas de martes a domingo y opera de manera gratuita para nacionales y extranjeros. La exposición Geografías de la Verdad estará disponible hasta mediados del 2018. Una oportunidad para acercarse a las verdades que siguen enterradas en el corazón de nuestro campo, incluso después de la guerra