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Los Falsos Testigos, el "Goliat" de la justicia colombiana

En días anteriores tuve el honor de conocer a un estupendo jurista, quien asumiendo el papel de “David”, el personaje bíblico que defendió al pueblo israelita del asedio Filisteo, se enfrentó a una realidad no menos aterradora que Goliat: El Cartel de los falsos testigos en Colombia.

Fue así como Luis Gustavo Moreno Rivera, valiente abogado, indagó, como un sabueso, en distintos casos donde los acusados alegaban ser inocentes, pero enredados en una maraña de acusaciones estaban maniatados e incapacitados para defenderse. El olor de los hechos se hizo nauseabundo y el destape de la olla podrida impactó a la justicia colombiana.

Uno tras uno, el abogado Moreno fue indagando y apropiándose de casos como el de Sigifredo López; acusado de participar en el secuestro de sus once compañeros, diputados del Valle del Cauca. O del caso Gabriel Arango Bacci, almirante acusado de tener nexos con el narcotráfico.

No obstante, este drama no solo afecta a políticos y gentes de poder, también a personas como ¡usted y como yo! Angélica Ramírez cuenta como paso años importantes de su vida transitando por la calle de la amargura, agobiada por los celos enfermizos de su compañero sentimental quien orquestó toda una artimaña para llevarla a la cárcel culpándola de tener nexos con la guerrilla de las FARC. Angélica, presentadora de televisión regional del Huila, paso de ser una madre amorosa a ficha clave de la guerrilla para cometer actos terroristas.

Tras un debido acompañamiento a cada uno de los casos se encontró el común denominador: proliferación de una mala práctica donde facinerosos sin escrúpulos se empeñaban a desprestigiar el nombre y honra de personas, en su mayoría diferentes actores de la vida pública nacional, para sacarlos de contiendas políticas o como mecanismo de venganzas personales.

Lo que parecía una entelequia se hizo realidad. El mismo Juan Gossain, en su intervención en el Centro de Convenciones del Hotel Las Américas de Cartagena de Indias el pasado mes de mayo, expresó su preocupación y declaró como “espeluznante” el hecho de que exista en Colombia un cartel de falsos testigos frente a una justicia inoperante.

Y es que las palabras se quedan cortas. Toda una organización criminal está corrompiendo la política y la justicia. Un cartel de falsos testigos, que se venden al mejor postor, manchan la imagen de personas inocentes, sacando sus mejores dotes actorales en los estrados judiciales y dejando en ridículo, con testimonios falsos, a jueces, abogados y millones de colombianos. Actualmente la Fiscalía General investiga a 3 mil quinientos presuntos falsos testigos, ¡una barbaridad!

Impactantes han sido los casos de Sigfredo López y de Arango Bacci. No obstante, es oportuno hacer un alto en el camino y reflexionar: ¿cuántas personas de bajo perfil, y sin fama de por medio, se encuentran en las cárceles oprimidas por el peso de acusaciones falsas? Por ello, iniciativas como la del valiente abogado Luis Gustavo Moreno merecen el total reconocimiento de los colombianos. Y es que la lucha implacable de Gustavo ya empieza a calar en la sociedad de nuestro dolido país. En días recientes el Procurador Alejandro Ordóñez anunció el acompañamiento a un proyecto de ley, impulsado por Sigifredo López, con el que se busca poner freno a los falsos testigos en procesos judiciales.

Vítores para el gran colombiano Luis Gustavo Moreno quien ha sido uno de los pocos interesados en develar esta problemática criminal. Recomiendo la lectura juiciosa de su libro: "El Falso Testimonio",excelente análisis académico sobre la mala práctica que perjudica la aplicación de la justicia en Colombia. Como dijo en su momento el maestro Jesús: ¡el que tenga oídos que oiga!