Serenatas para los muertos

Por Carlos Brand

Dentro de las miles de historias del Cementerio Central de Bogotá está la de los hombres que interpretan canciones en los entierros. Luis Fernando Largo es uno de ellos.

Luis Fernando Largo trabaja en el Cementerio Central cantando las canciones favoritas de los muertos, es un serenatero de entierros.

“La labor de nosotros es la de los artistas, acá cantamos las misas que celebran los padres de acá del cementerio al lado de las tumbas de los dolientes”, dice, y añade “yo llevo cinco años acá”.

Es un hombre callado, gordo y pequeño que se sienta con su guitarra en una butaca al lado de los sacerdotes que lideran homilías; pero las misas cantadas son solo el principio de su labor, porque de repente comienza una canción y su voz no parece la misma de hace un instante.

“Te fuiste sin decirme adiós/Dejando en mi corazón/ un gran vacío que nada lo llena/ una honda pena/ un gran dolor”, cantó.

-Las personas me piden que cante al pie de la tumba a sus seres queridos.
-¿Qué tipo de canciones?
-De todo, mexicanos, boleros, pasillos.

Luis le da alivio a los dolientes con las canciones favoritas del muerto, dice que así se sienten más cerca de quien ya no volverá e inician el duelo.

“Para un hijo, una mamá o un hermano hay más recogimiento, primero que todo eso les llega al alma y es un homenaje para sus seres queridos”, agrega.

Este hombre cada día hace sonar canciones en el Cementerio Central de Bogotá, como haciendo cantada una despedida para siempre.