Comedores comunitarios de Bogotá: comida caliente para consumir en casa
107 comedores comunitarios hay en Bogotá; cada uno beneficia en promedio a 400 personas.

Continúan abiertos los comedores comunitarios en Bogotá, ahora con la nueva modalidad de poder recibir los alimentos en recipientes y llevarlos hasta la casa para consumirlos. La iniciativa surgió como consecuencia de la pandemia.
Al señor Luís lo encontramos justo en el momento en que en una bolsa grande guardaba los siete almuerzos que les llevaría a sus nietos; almuerzos proporcionados en uno de los comedores que visitamos.
“Vengo a buscar los almuerzos de mis nietos; todo es para ellos”, dijo.
El día que visitamos algunos comedores, el menú era carne de cerdo, arroz verde, papas fritas, ensalada, sopa de avena, banano con crema de leche, y jugo de fresa.
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Al llegar al comedor, las personas se acercan y firman una lista donde aparecen sus nombres; ya con anterioridad han realizado su registro y han presentado los documentos para que los acrediten como beneficiarios de los comedores.
“Yo siempre vengo a almorzar acá porque uno a veces no tiene para el gas, ni para el aceite, ni siquiera para un tomate. En cambio, uno almuerza acá y no hay que pensar en plata; yo hasta guardo un poquito para la comida”, relató la señora Rosalba.
Cada persona que visita los comedores comunitarios tiene una circunstancia diferente. La mayoría se encuentra en condición de vulnerabilidad; hay muchos adultos mayores, como doña Isabel, de 70 años.
“¿Cuánto no vale un almuerzo? Es que la situación está muy dura. Y en la casa hay que gastar gas o gasolina, yo cocino con gasolina y ahora para comprarla debo pagar seis mil pesos. Y además hay que pensar en pagar el arriendo de la pieza, y los servicios. Yo vendo dulces en las calles, y con eso me ayudo, pero no es suficiente”, comentó.
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En los comedores comunitarios, así como está la posibilidad de que las personas se lleven a casa la comida caliente, también continua la posibilidad de comer allí mismo; así lo hace don José del Carmen, de 81 años.
“Estoy despierto desde las cuatro de la mañana porque todos los días voy a Corabastos, hago algún mercadito y luego lo vendo. Con eso pago mis útiles de aseo, y el alquiler. Y este es el lugar donde almuerzo”, explicó.
Ya en las noches, un tinto se convierte en su comida:
“Por la noche, me tomo un perico, o un tinto; compro también un pan, y a dormir”.
Hay personas que por muchos años se han beneficiado de los comedores comunitarios, otros lo han hecho solo desde los últimos meses debido a que han quedado sin empleo. Don Pedro, desde hace seis meses acude a los comedores; tiene 67 años y cuenta que por su edad ya no le dan trabajo.
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“Yo me dedico ahora a hacer mandados, y yo me siento sano, con fuerzas, pero la gente no me da trabajo por los años que tengo”, lamentó.
Uno de los comedores comunitarios está ubicado en el barrio las Cruces de la localidad Santa Fe, allí recibe a las personas, la monja Ana Estela.
“La gente aquí se pone muy contenta de tener un plato de comida caliente, se alegra porque se le atiende bien, se le respeta como el ser humano que es. Es maravilloso que puedan llegar a sentarse, y a tener comida caliente y limpia”, indicó.
De acuerdo con el reporte de la secretaría Distrital de Integración Social, en Bogotá hay 105 comedores comunitarios. La atención es de lunes a sábado a partir de las 11 de la mañana. Cada comedor atiende diariamente un promedio de 400 personas.
Comedores comunitarios: Comida caliente para consumir en casa
RCN Radio