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Caldo de Raíz
Muchos otros lo han probado sin saber qué están comiendo.
Inaldo Pérez / Sistema Integrado Digital

"¿Es verdad que es afrodisiaco?", pregunto, mientras llevo a la boca un buen trago del empalagoso jugo color rosa. "¡Uff! Claro que sí, si no, no se vendería tanto", responde Leonor, administradora de una tienda de jugos y ceviches en la plaza de mercado del 20 de Julio, en el sur de Bogotá.

Hace 20 años salieron al mercado unas píldoras azules que prometían resolver el problema de la disfunción eréctil. Pero con todo el avance que significó la creación del viagra. no pudo destronar a las tradicionales preparaciones que por muchos años fueron cómplices del anciano que todavía es activo en la cama, de los hombres que se siente inseguros con su desempeño, o de aquellos que simplemente buscan encender más la pasión.

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"Su novia se va a poner contenta esta noche", me dice un hombre de unos 50 años que se sienta a mi lado mientras bebo el jugo de berraquillo, sin duda el favorito de los bogotanos. "La mía también, el berraquillo es bendito, nunca me ha fallado, y lo tomo desde que era un pelado. Es más, un hijo mío nació luego de tomarme uno".

Las personas en esta plaza hacen fila en las juguerías de la plaza para tomar el llamado 'jugo del amor'. ¿Pero qué tiene esta bebida espesa y dulce que provoca el furor desde hace décadas en los bogotanos? Nada más hace falta ver la larga lista de ingredientes que tiene esta preparación para entender su fama.

Ostras, huevos de codorniz crudos en su cáscara, sabajón, vino, brandy, jugo de borojó, cola granulada, una ampla gama de multivitamínicos especializados para mejorar la memoria, fortalecer los músculos y dar energía, importados desde el lejano oriente, así como un famoso y polémico brebaje que promete resolver toda clase de problemas sexuales: 'Mero Macho'. Todo esto servido en dos copas, acompañado de una cápsula de Omega 3.

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Una preparación que no pierde popularidad a pesar de que en los últimos años ha visto cómo poco a poco desaparece el que fue su principal ingrediente: cangrejos de río que permanecían en una pecera y que se echaban vivos a la licuadora. "Eso era lo que daba más energía al berraquillo, pero ahora no lo vendemos porque el Ipes (Instituto Para La Economía Social) prohibió usarlo porque dice que es maltrato animal", comenta Leonor.

"Con todo lo que lleva, debe ser efectivo, ¿verdad?", pregunto al hombre a mi lado. "No - interrumpe otro, que también tiene la bebida en su mano- todo está en la mente. Lo que sí sé es que es buen alimento. Yo tomo uno una vez a la semana, y vea usted, nunca me enfermo".

El berraquilo es fácil de encontrar en todas las plazas de mercado, pero no es la única preparación a la que acude quienes quieren tener una buena noche de pasión.

Algunos prefieren acudir al caldo de raíz, una sopa humeante y grasosa, hervida por horas en una olla a presión cuyo ingrediente principal es el pene de toro cortado en rodajas, acompañado de papa y arvejas (en algunos casos también con habichuelas). 

Muchos incautos la han probado y disfrutado de su buen sabor para luego enterarse que esas piezas gelatinosas pegadas a trozos de carne en realidad es el miembro de un novillo, y que los pedazos de textura arenosa de interior amarillento son los testículos del animal.

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"Usted se toma esto en la mañana y e la noche queda como un toro en la cama", asegura entre risas don Guillermo, al parecer toda una autoridad en el caldo de raíz y un habitual cliente del restaurante de Fanny, en la plaza de mercado de Fontibón.

Y añade: "Aquí está la fuerza de un toro viril. El secreto está no en que le dé poderes sexuales, sino que queda con mucha energía por varias horas, apenas para rendir en el acto".

En la misma mesa otro hombre, de la costa Caribe, ingiere a grandes sorbos un sancocho de pescado. "Puede que sea muy bueno y todo, pero yo no me voy a comer las bolas de un toro. Yo tengo mis propios métodos".

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En su opinión, no existe mejor afrodisiaco que los mariscos: "Cuando sé que voy a tener una noche agitada, voy y me como un coctel de camarón acá en la plaza. Dependiendo de qué tan débil me sienta, pido un ceviche bomba, que también tiene chipi chipi, ostras, pulpo, calamar y caracol. Con eso tengo hasta para dos días".

Además del 'berraquillo', el caldo de raíz y los mariscos, hay quienes prefieren el chontaduro, experimentar con infusiones de hierbas, cortezas y raíces, hormigas culonas, sopas de víceras y más. Todo depende de los gustos y el apetito.

Luego de semejante ingesta de tantos alimentos, solo hay tres opciones: Que lo haya cogido débil, como dicen muchos, y el resultado sea un pesado sueño; que su estómago no resista la potencia de los alimentos, mandándolo al baño, o que efectivamente hagan honor a su fama afrodisiaca, Por mi parte, a las pocas horas estaba dormido.

Fuente

Sistema Integrado Digital

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