El conmovedor adiós de una familia venezolana en Bogotá
Este 15 de enero será clausurado el campamento de venezolanos en Bogotá.
A las 6:00 de la tarde de este 14 de enero desde la localidad de Engativá salió el último de los buses con ciudadanos venezolanos que vivieron por tres meses en el campamento habilitado por la Alcaldía de Bogotá, en la localidad de Engativá.
Llenos de zozobra, pero a la vez con esperanza de que pronto todo acabará, empezaron abordar el bus de placas WNR 141. Algunos llegarán solamente hasta Cúcuta, otros cruzarán la frontera para volver a donde sus familias en su amada pero “olvidada Venezuela”.
El conmovedor adiós de una familia venezolana
Rober Rodríguez es uno de los primeros en abordar, lleva varios costales con sus pertenencias y las de su familia.
“Vamos hacia Cúcuta, a trabajar, a Venezuela dentro de seis años dios mediante (...) de llegar a Venezuela, así como la tenemos ahorita, sentimos nostalgia, sentimos tristeza pero aquí en Colombia estamos mejor gracias a Dios”.
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Entre tanto María Eugenia volverá a Caracas, su equipaje son tres costales con ropa, ollas y comida.
“Trabajamos vendiendo tintos, pero no nos daba para nada, solo para el arriendo y no nos alcanzaba para nada, entonces lo mejor es regresarse a su país”, expresó María Eugenia.
Desalojo de un campamento de venezolanos
Entre los ocupantes estaban los nietos de Julio César y Elizabeth, dos pequeños de cinco y ocho años, llenos de nostalgia se despiden de sus abuelos
“Abuela, abuela, bendición te quiero mucho”’, gritaban los menores desde el bus que estaba a pocos minutos de partir.
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Tras varios minutos de besos y abrazos, se despiden de sus nietos, con voz entrecortada afirman sentir el dolor más grande de su vida.
Despedida de una familia venezolana
“Chao tío, bendición (...) Te quiero abuela”, dice por la ventana uno de los nietos.
“Bueno, les brindaron una oportunidad en Cúcuta y se están regresando”, aseguró Julio César, quien se quedará en Bogotá en búsqueda de oportunidades.
Lo mismo ocurre con Agustín Pérez, quien viste la camiseta de la selección Colombia de Francia 98, hace pocos días se la donaron con otra ropa.
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“Para la calle, porque no tenemos para un alquiler ni nada, esa es la única oferta que hay el que se va para Cúcuta lo tiran allá y bueno el que no para la calle”.
Naireli también se quedará a vivir en Bogotá, ya que aseguró encontró trabajo, sin embargo relata sus días en la ciudad no han sido fáciles.
“Voy a trabajar cuidando unos niños (...) me ha ido bien gracias a dios, no todos los colombianos nos han tratado bien pero otros si gracias a Dios, la vida fue aquí en el campamento dura, porque nos trataron feo y nos discriminan mucho”.
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