El restaurante Santa Clara, una mansión que subieron hasta Monserrate: esta es su historia
Las versiones sobre la traída de este restaurante desde París y más sobre lo que hay en torno a este lugar.
Quienes han subido a Monserrate, probablemente han pasado por alto lo que hay detrás del restaurante Santa Clara, uno de los más reconocidos del cerro y que... ¿antes estuvo en París?
Fue en los años 40, cuando Carlos Navarro, uno de los hombres más adinerados de Bogotá del siglo XX, descubrió este lugar en las calles de París, ciudad en la que vivió por más de 20 años.
En aquel entonces, el ‘capricho’ de Navarro fue pedir que desarmaran aquella casa con la que quedó encantado para embarcarla en ferri hasta Colombia. Esta llegó hasta el puerto de Barranquilla, desde donde volvió a ser desarmada para que emprendiera su viaje por el Magdalena hasta Honda.
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Desde aquel municipio, finalmente aquella casa arribó a Bogotá para los inicios del siglo XX y rearmada en Usaquén, en lo que hoy se conoce como Hacienda Santa Bárbara.
Esta es una de las versiones que ha circulado en la historia sobre lo que gira en torno a este lugar que actualmente permanece en el cerro que más referencia a Bogotá y que se destaca por sus paredes blancas, además de su estilo antiguo en los detalles en madera.
De acuerdo con el historiador Carlos ‘Toto’ Sánchez, embajador gastronómico de Restaurantes Monserrate, esta versión que mucho se ha cuestionado, debido a los gustos excéntricos de Navarro, ha perdurado en la historia.
No obstante, según contó Sánchez a el diario El Tiempo, existe otra versión más ‘aterrizada’ (y la que sí sería verídica) y es que Navarro llegó a Bogotá de sus días por Europa con la idea de replicar la casa que vio en la ciudad ‘del amor’, por lo que un ingeniero le ayudó con su idea y terminó creando un diseño que fue construido para ese entonces.
Finalmente, cuenta el medio citado, el hacendado vivió en aquel lugar hasta el 2 de enero de 1962, día en el que falleció a causa de un accidente de tránsito en San Victorino, en donde fue arrollado por un bus.
Tras la muerte de Navarro y sin haber dejado herencia alguna, sus propiedades pasaron a ser de la Beneficencia de Cundinamarca. Sin embargo, aquella mansión pasó a manos de Guillermo González Zuleta, reconocido ingeniero colombiano.
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A Zuleta, terminó convenciéndolo Carlos Alberto Leyva de subir la mansión hasta Monserrate, para lo que tuvieron que desarmarla parte por parte hasta dejarla intacta en el lugar en el que hoy se conoce y que ya es emblemático por haber recibido a famosos personajes de la historia.
Hasta hoy, ninguna de las dos versiones se ha podido comprobar y aún es todo un misterio cuál es la realidad de la construcción del actual restaurante.
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