Lavadores de carros se tomaron un tinto con RCN Radio

Vistiendo un saco azul, dos pantalones y las famosas botas “pantaneras”, nos encontramos en un lavadero de carros a Sandra,  una mujer que lleva más de cuatro años enjabonando, enjuagando y restregando decenas de carros que a diario llegan a sus manos.

Durante los últimos años ha pasado muy pocas noches en su casa precisamente porque trabaja más de diez horas en la jornada nocturna en un lavadero de vehículos del popular barrio Restrepo del sur de Bogotá.

Es madre de cinco hijos y abuela de una pequeña. Su hija mayor de 19 años es quien asume el liderazgo en la casa cuando ella no está porque, por cosas de la vida, no vive con ninguno de los padres de sus hijos.

“Yo me levanto todos los días a las 5:00 de la tarde. Aquí trabajo durante toda la noche y cuando llego a la casa a eso de las siete de la mañana, me toca hacer desayuno, despachar a los muchachos y hacer el almuerzo. Me estoy acostando a eso de la 1:00 ó 2:00 de la tarde”, relata.

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Es poco habitual encontrar a una mujer laborando de noche en un lavadero de carros por lo difícil que resulta trabajar con agua en medio de las bajas temperaturas de Bogotá, pero esta mujer dice que lo hace con el ánimo de sacar su hijos adelante.

Como cosas de la vida, en ese mismo lugar trabaja Jhon, el coordinador de turno. El tiempo que lleva allí solamente ha laborado de noche y curiosamente también tiene cinco hijas.

“Gracias a Dios son todas niñas y no me puedo quejar. Son cinco bendiciones y me han salido muy buenas muchachas”, dice.

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Jhon, de 40 años, aprovecha el espacio para reflexionar sobre el trato que se le debe dar al prójimo y asegura aunque allí llega mucho venezolano, a todos se les trata igual y se les paga el mismo salario.

“Aquí no se nos olvida que todos somos seres humanos, todos somos de carne y hueso y no nos atrevemos a explotarlos”.

“Los venezolanos que han llegado aquí son muy juiciosos. A veces creo que son más juiciosos que los colombianos”, relata con algo de picardía el señor Wilton, quien es el administrador del lugar ubicado en la avenida caracas con calle 18a sur.

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De acuerdo a Wilton, trabajar en la noche no es tarea fácil, pero en términos financieros a los jóvenes que trabajan con él les va muy bien en esa jornada porque los taxistas dan más propinas.

“En el día llega más trabajo, pero las propinas son de mil o dos mil pesos, pero en la noche llega mucho taxista que queda satisfecho y da cinco o seis mil pesos”, cuenta.

En medio de la lluvia que durante la madrugada de este viernes caía en Bogotá, también estaba Yolmer Mendoza, venezolano, de un poco más de 30 años.

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Trabajaba en su país como conductor de vehículos pesados y debido a la crisis llegó a Bogotá a lavar carros desde hace año y medio a ganarse un promedio de 70 mil pesos por día.

“Me traje a mi esposa y a mis dos hijos y allá están mi mamá y mis hermanos”, cuenta.

“Nunca me imaginé lavando carros y desde que llegué a Colombia me tocó, pero estoy agradecido por el buen trato que hemos recibido aquí porque nos han tratado muy bien”.

Así que si usted va pasando por el la avenida Caracas en el sector del barrio el Restrepo, no se olvide que en la esquina de la calle 18a hay un grupo de personas dispuesto a lavar su carro.