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Transporte de Bogotá: buses cebolleros
Twitter @historia_bogota

Hubo una época no tan dorada y con olor a 'chucha' que marcó al transporte de Bogotá. Sus inicios no cayeron bien a los clásicos que estaban acostumbrados a la elegancia del tranvía, a los sombreros y los trajes, a los distinguidos a la hora de emprender un viaje. 

Fue en las últimas décadas de los 90 cuando unos buses grandes, la mayoría de colores blancos, verdes y naranjas de marca Dodge y Chevrolet, empezaron a circular en las calles de Bogotá y cuando sus conductores pasaron a ser los más queridos -pero también odiados- por los capitalinos. 

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Aquellos cebolleros, que fueron bautizados así por los olores que se mezclaban entre el sudor de sus pasajeros y a los que no les cabía 'un tinto', quedaron en el recuerdo de varias generaciones con algo de nostalgia, pues la imagen del Divino Niño, de la Virgen del Carmen, los adornos en terciopelo, las cortinas que convertían el interior en un sauna y el radio a todo volumen sonando vallenatos o la música de la época, son cosas difíciles de olvidar. 

Sin embargo, en las estrechas sillas de los 'chetos' hubo cabida para todo bogotano. Desde quienes salían de la plaza con sus mercados (de ahí a que también se desprendieran olores no muy agradables), hasta los de corbata y las de tacones que tenían que llegar a sus oficinas a trabajar.

Como aún no cambia en la movilidad de Bogotá, estos fueron vehículos en los que la distancia no existía, aunque en aquel tiempo la demanda era muy alta y la oferta de buses era más bien reducida. 

Bus cebollero de Bogotá
Bus cebollero de Bogotá
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Por esos años, también era el conductor el encargado de recaudar el pasaje, no existían las tarjetas ni los aparatos electrónicos y había almas caritativas al volante que aceptaban la seña de quienes en la calle les 'hacían el pare' para que los llevaran en $500 -en sus inicios- y después en $1.000. También son inolvidables las anécdotas que muchos descubrieron de los conductores cuando contaban con la suerte de acompañarlos en el asiento de adelante, o la zona 'VIP'. 

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Sin embargo, la furia tampoco estaba ausente en aquellos que se movilizaban en estos vehículos (la furia aún sigue sin irse del transporte de Bogotá), pues los conductores insistían en permitir que muchas personas se subieran y poder bajarse era casi que imposible. Fue de esas riñas momentáneas de donde surgieron dichos como "¿me va a llevar a la casa de su mamá?" o también "si sigue pitando lo sigo llevando". 

En aquel entonces, rutas como Las ferias - Las Cruces, Puente Aranda - 20 de Julio, Fontibón - Las Cruces, entre otras, eran las que principalmente cubrían las inolvidables busetas. 

¿Cuándo dejaron de circular? 

Aquellos buses con trompa que circulaban en su mayoría por la troncal de la Avenida Caracas (que habilitó Pastrana cuando fue alcalde), tuvieron su primer aviso de salida en el 2010, cuando la Secretaría Distrital de Movilidad de Bogotá anunció el proyecto del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp), que implicaba que buses de modelos anteriores a 1998 no podían volver a circular. 

Finalmente, en 2012 este anuncio se hizo realidad con la llegada de Gustavo Petro a la Alcaldía de Bogotá, en la que los cebolleros desaparecieron, pero algunas modernas busetas pudieron continuar circulando al pasar a ser parte del SITP Provisional, ya también en el olvido, pues fue desmontado en 2021. 

Transporte de Bogotá: Buses cebolleros
Alexander Amezquita en Pinterest
Fuente

Sistema Integrado Digital

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