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Arauca, trabajadores, secuestro, muerte, líder comunal
Colprensa

El pasado 23 de marzo, Julián González que se dedica a arreglar carros, recibió una llamada de un hombre que supuestamente requería la polarización de unos vehículos que estaban en La Calera. La suma total del trabajo eran aproximadamente 5 millones de pesos.  

La víctima indica que su trabajo es al día y que, cuando le ofrecieron el empleo no dudó en aceptar y contrató a otras dos personas e invirtió cerca de $ 1.200.000 en los materiales, este dinero lo tenía ahorrado para los gastos del colegio de sus hijos. 

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El 24 de marzo el afectado alquiló un carro para dirigirse al municipio, antes de ello, el supuesto cliente lo llamó para verificar cuántas personas irían, para tenerles almuerzo, pero en realidad era para preparar la extorsión.  

Los trabajadores emprendieron camino y llegaron al pueblo, pero según las indicaciones era por una carretera de difícil acceso y se demoraban 20 minutos en el trayecto.

Mientras recorrían el camino, observaron que estaban llegando a una zona desolada en la vereda El Volcán y rápidamente González le envío la ubicación a su compañera sentimental  

Al llegar al sitio, los operarios fueron interceptados por unos sujetos que indicaron que no debían estar en esa zona, los obligaron a apagar los celulares y dar un número de contacto y la cédula para identificarlos.  

Los delincuentes se presentaron como guerrilleros del ELN y afirmaron que estaban bajo las órdenes del comandante Antonio y que no podían intentar nada porque estaban armados y les iban a quemar el carro.  

En ese instante, los familiares se enteraron de que, tenían secuestrados a sus parientes y que, para liberarlos debían pagar por cada uno 10 millones en el menor tiempo posible o sino los iban a asesinar.  

Julián y sus ayudantes duraron 3 horas amedrantados con que los iban a fusilar, pero realmente no veían las armas, e indican que unos individuos estuvieron haciendo vigilancia en moto, pero solo duraron 20 minutos, y otro cómplice estarían en una montaña apuntándoles. 

Lo cierto es que, la esposa de González llamó a la Policía y advirtió lo que estaba pasando, pero antes de ello, alcanzó a consignar más de 1 millón de pesos, que pidió prestado a sus vecinos. Los captores le indicaron que si no enviaba por lo menos 4 millones más iban acabar con la vida de su marido.  

Tiempo más tarde, los secuestrados planearon huir en el transporte que habían llevado. A los minutos adelantaron el plan y llegaron al pueblo a hacer la denuncia, pero allí les comunicaron que debían ir hasta Bogotá y hablar con la Fiscalía, porque este caso lo referenciaban con un tipo que estaba en la cárcel de Picaleña. 

Julián González, menciona que teme por su vida y la de su familia, ya que, lo tomaron del pelo en el momento de hacer la diligencia legal y se rieron de él, además de que, definitivamente no se puede confiar de quienes lo llaman porque, así tenga una foto de perfil que aparenta que son personas de bien, le pueden volver a hacer lo mismo. Incluso, dijo que sigue recibiendo estas llamadas de la cárcel

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Las autoridades explican que, este tipo de extorsión no es nueva y que, es un grupo de criminales que obtienen información por redes sociales y solicitan servicios de trasteos, funerarias, grúas o transporte turístico. El modus operadi es ponerles cita en municipios aislados, con mala señal. 

Por lo anterior, la Policía ha dispuesto una línea de atención, que es la 195. 

Fuente

Sistema Integrado Digital

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