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Huerta urbana en la localidad de Engativá/Bogotá.
Huerta urbana en la localidad de Engativá/Bogotá. Foto:comunidad.

"Cuando nos sentíamos encerrados, tuvimos la necesidad de conectar más con la naturaleza". Así lo narra Camila Córdoba, una de las habitantes del barrio La Riviera en la localidad de Engativá, Bogotá, al comentar por qué surgió la idea de crear una de las huertas urbanas más grandes de la capital. 

Desde mayo de 2020 empezó la siembra. El encierro por la pandemia "nos puso a pensar a más de uno en el barrio. Queríamos hacer algo que nos conectara de nuevo, no solo con la naturaleza, sino con nosotros mismo. Acá no nos conocíamos con los vecinos, y a raíz de esta huerta, ahora compartimos más", indicó. 

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La huerta queda en medio del humedal Jaboque y un parque. El recorrido inicia en la siembra de plantas medicinales como hierbabuena y albaca. También hay dos matas altas de tabaco y un girasol que ayudan a polinizar y evitar que hayan plagas, explica Camila. 

"Tenemos varias cosas en este lugar. Hacemos compostaje con residuos de desechos orgánicos que la misma gente del barrio proporciona y así evitamos que lleguen al relleno sanitario Doña Juana; tenemos también pacas biodigestoras que resultan del compostaje (son una especie de tierra compactada en cuadros) que luego se convierten en la base de los cultivos como papa y maíz", afirmó. 

Pacas biodigestoras que se convierten en la base de los cultivos.
Pacas biodigestoras que se convierten en la base de los cultivos. Foto: RCN Radio.

En este lugar se siembra también tomate, ahuyama, lechuga, cilantro, cebolla, arveja, uchuva, amaranto, entro otro. Cuenta esta joven psicóloga que decenas de personas (aproximadamente unas 50) se benefician de lo que da la tierra. 

"Acá nadie es líder; todos somos cuidadores y responsables de la siembra. Tenemos días para dejar los residuos orgánicos, hacer el compostaje y sembrar. Cualquiera que necesite o quiera llevarse algún alimento de la huerta, lo puede hacer siempre y cuando no dañe la siembra y nos ayude con la huerta", indicó. 

RCN Radio conversó además con cuatro personas más de la comunidad y todas coincidieron en afirmar que "la huerta ha sido algo positivo. Incluso, cuando no hemos tenido mucho dinero para comprar la comida, nos hemos beneficiado de la papa y demás alimentos", aseguró José Manrique del barrio Tierra Grata de la misma localidad donde también tienen una huerta. 

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Si bien este lugar ha generado unión entre la comunidad del barrio La Riviera, al occidente de Bogotá, incluso ha servido para reunirse y compartir alimentos como sopas de ahuyama, papa o sandwich, asegura Camila. "También ha propiciado que la estigmaticen por cuenta de algunos vecinos", señala. 

"Hace poco unos vecinos dijeron algo que no era ante un medio de comunicación. Ellos señalaron que acá sembrábamos marihuana y eso no es cierto. Y si hubiera sido así, siento que no estaría mal. Queremos hacer un llamado a la unión. Esta huerta nos ha enseñado mucho y seguro nos servirá en el futuro", sostuvo. 

Según las cifras del Distrito, con el Jardín Botánico (2020), en Bogotá hay 432 huertas y la meta es llegar a las 20.000 en los próximos años. 

Inseguridad alimentaria 

En este contexto se conoció que América Latina triplicó su inseguridad alimentaria severa en 2020, respecto al año anterior y afectó a diez millones de personas, situación que eleva las alertas sobre la falta de redes de protección social en la región para paliar el impacto de la pandemia de la covid-19.

Así lo advirtió la ONG Acción contra el Hambre, para quien "sin redes de protección sólidas en forma de subsidios, la enfermedad supone una condena al hambre para quienes vivían al día en la economía informal, han perdido su empleo o encuentran alimentos cada vez más caros en los mercados".

De acuerdo con el informe de la ONG, América Latina registró el año pasado el mayor aumento relativo de inseguridad alimentaria del mundo, un escenario que evidencia que la falta de redes de protección está "tendiendo puentes directos entre la covid-19 y el hambre".

En concreto, la pandemia creó 45 millones de nuevos pobres en la región, que concentra casi una tercera parte de contagios en el mundo pese a tener menos del 10% de la población mundial, y llevó a diez millones de personas a situación de inseguridad alimentaria severa, casi triplicando la cifra de 2019 cuando, según Naciones Unidas, eran 3,4 millones.
 

Fuente

Sistema Integrado de Información con Agencia EFE

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