Después de 21 años, entregan restos de víctima de la masacre de El Aro

Elvia Rosa Areiza Barrera, de 30 años, era la ayudante del párroco cuando ocurrió la masacre de El Aro en el municipio de Ituango (Antioquia) el 25 de octubre de 1997. Cerca de 150 paramilitares incursionaron en el corregimiento, violaron mujeres, torturaron y asesinaron a 17 campesinos, entre ellos, a esta ama de casa, madre de cinco menores de edad.

Eliver Pérez, hijo de Elvia, tenía siete años cuando ocurrió la masacre. Recordó que los paramilitares los obligaron a desplazarse con sus familiares, dejando a su madre y a las otras víctimas en el corregimiento. Aunque hallaron algunos restos, solo hasta hoy tuvieron certeza de la identidad.

“Las personas que quedaron estaban amarradas. Luego nos dijeron que no nos preocupáramos por los otros familiares, que ellos iban a volver, pero no fue así. A ella la encontraron como a los 20 días, prácticamente, eran unos huesitos. Nosotros teníamos dudas de esos restos que estaban en el cementerio”, indicó. 

Después de 21 años, Eliver Pérez recibió en un cofre los restos de su madre y su fotografía en blanco y negro. Junto a sus hermanos, hicieron una cartelera en la que le decían lo mucho que amaban y extrañaban.

“Primera vez que veo los huesitos de mi mamá. Eso fue muy duro para mí y para toda la familia. Con mi abuela, mi papá y mis tíos, crecí. Ellos terminaron de criarme”.

La fiscal 91 del grupo de Búsqueda, Identificación y Entrega de Desaparecidos de la Fiscalía, Paula Andrea Betancur Saavedra, aseguró que además de Elvia Rosa, fueron entregados los restos de otras siete víctimas del conflicto armado interno.

“Hacemos entrega de ocho cuerpos de víctimas de subversión y el paramilitarismo entre 1997 y 2010. Una de las víctimas es la señora Elvia, quien fue reconocida y está en sentencia, por el postulado Ramiro Vanoy Murillo, alias ‘Cuco’ Vanoy”.

La identificación de los restos se logró gracias al cotejo de cartas dentales y pruebas de ADN. Desde el 2005, la Fiscalía ha encontrado 5 mil 600 fosas comunes con 9 mil 300 restos, de los cuales, 3 mil 600 fueron entregados a sus familiares. Otros mil 600 permanecen en laboratorio con indicios de su identificación.