Estudio analiza impacto de contaminación en la salud de habitantes de Medellín
El estudio lo realiza la Universidad CES de Colombia.

Salas de urgencias congestionadas, tapabocas que incrementan sus ventas, dolor en los huesos, garganta y malestar en muchos, ojos llorosos, muestran que en dos temporadas al año, en Medellín y el Valle de Aburrá algo pasa con la calidad del aire.
Lo que pocos saben es que por la piel, los ojos, la saliva, la respiración y demás, esas micro-partículas están ingresando al torrente sanguíneo y que según la investigación, podrían provocar incluso enfermedades como cáncer o afectar la fertilidad.
Es lo que precisamente están estudiando en la Unidad de Toxicidad in vitro de la Universidad CES, lo explica su director Andrés Pareja. "La aparición de cáncer en diferentes órganos o incluso, dentro los últimos estudios que hemos venido desarrollando, puede estar relacionado también con la pérdida de la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres".
Además se analiza la manera cómo la contaminación podría generar otras enfermedades. "Estamos utilizando diferentes modelos in vitro, para poder dilucidar cuáles son los fenómenos a nivel de la presentación de posibles cáncer en diferentes órganos, pero también relacionado con algunos problemas metabólicos como la aparición de la diabetes".
Y es que cualquier órgano se puede afectar por la contaminación del aire. "Ese material particulado ingresa, a través de nuestras vías respiratorias, la piel, incluso a través de nuestras mucosas, como los ojos y la boca y finalmente entran al torrente sanguíneo donde pueden alcanzar cualquier órgano."
Los estudios se hacen con células que someten a esa contaminación del aire que hoy respiramos.
"Células de diferentes partes del cuerpo, células de la piel, células de los pulmones, células del hígado, incluso hasta células reproductivas como los espermatozoides. Y los sometemos a estas sustancias, y podemos mirar qué les pueden estar pasando: si las células se mueren, si las células mutan, si las células están presentando alguna alteración ocasionada por una sustancia de manera específica".
El director de la Unidad de Toxicidad in vitro de la Universidad CES, Andrés Pareja, insistió que la exposición es permanente, debido a que uno puede dejar de ingerir alimentos, agua incluso, cerrar los ojos, pero el acto involuntario de respirar nunca se suspende y por ello se corre el gran riesgo con cada respiración o suspiro en un ambiente contaminada.
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