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Tras un año del asesinato del periodista Luis Carlos Cervantes, hay impunidad

Tras el homicidio del comunicador  Luis Carlos Cervantes, el  12 de agosto de 2014 en Tarazá, su esposa Ruthbelly Escobar y su hijo de nueve años, se desplazaron desde el Bajo Cauca antioqueño a otra región del país, para buscar protección de las autoridades.



Un año después, Ruthbelly solo ha recibido  tres meses de auxilio de transporte y ni una sola llamada de la Fiscalía para conocer cómo va la investigación de este crimen cometido, al parecer, por integrantes del “Clan Úsuga”.

Leiderman Ortiz, uno de los comunicadores más amenazados del país, quien cuenta con tres escoltas, un carro y una casa blindada, dijo que es complicado ejercer el periodismo en el Bajo Cauca, a pesar de la captura de alias “Marroco”, uno de los principales sospechosos del crimen de Luis Carlos Cervantes.

Óscar Morales, vocero de la Asociación de Periodistas de Antioquia, hizo un llamado a la Fiscalía para que agilice las investigaciones del homicidio de Luis Carlos Cervantes y las amenazas a 30 comunicadores.

Para capturar a los responsables del homicidio de Cervantes, las autoridades ofrecieron una recompensa de 30 millones de pesos.