Damnificados por el río Cauca en Ayapel (Córdoba) no reciben ayudas desde hace siete meses

Decenas de viviendas y sus familias desde hace once meses están damnificadas e inundadas en varias veredas y corregimientos en  el municipio de Ayapel (Córdoba), por cuenta de la creciente del río Cauca que sigue desbordado por el punto crítico Cara de Gato y el aumento de las lluvias.

Los damnificados dicen que están pasando hambre porque el agua arrasó con los cultivos de plátano, arroz, yuca, hortalizas y la ganadería está desapareciendo porque no hay pasto ni tierras secas. 

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Según lo explicado por Óscar Doria, la cantidad de agua ha provocado enfermedades,  sobre todo en la población infantil, y siguen expuestos a ataques de mosquitos y culebras  que buscan zonas secas para refugios por lo que requieren brigadas de salud con urgencias.

“Las familias acá seguimos resistiendo; hemos optado por hacer tambos con madera para poder estar en las viviendas porque salimos hacia el perímetro urbano en  los albergues, porque no entregaron las ayudas humanitarias prometidas y nos tocó devolvernos”, explicó el damnificado quien reside en el corregimiento Sincelejito.

Reiteró que están abandonados por parte de la Gobernación de Córdoba, Alcaldía y Gobierno Nacional, con el agravante que pasan los días y sigue creciendo el boquete de Cara de Gato, ocasionando más ingreso de agua a las poblaciones.

Entre tanto, Luz Nelly Gómez, presidente  de la Junta de Acción Comunal de esa población, dijo que los estudiantes para poder trasladarse de sus casas a las instituciones educativas para recibir las clases utilizan transporte fluvial en lanchas y algunos en canoas.

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La Gobernación de Córdoba explicó a la fecha se han atendido todas las situaciones de emergencia en los territorios afectados por los efectos del invierno, con la intervención de maquinaria y entrega de ayudas: 1.390 kits de alimentación, 2.660 más de aseo y otros 2.280 de cocina. 

Explicaron que han entregado 1.069 colchones, 5.100 toldillos, 5.700 frazadas y 70 caballetes de vivienda rural, en una labor conjunta con los coordinadores municipales, cuerpos de socorro de la Defensa Civil, la Cruz Roja y el cuerpo de bomberos perteneciente al sistema departamental de Gestión del riesgo.