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Playa Blanca, en la Isla de Barú, en Cartagena
Playa Blanca, en la Isla de Barú, en Cartagena
Foto de video de Youtube

Una experiencia más amarga que dulce, fue la que vivió el bogotano Mario Rodríguez junto con varios familiares, durante sus vacaciones de fin de año en Cartagena.

El turista relata que en su paseo por Playa Blanca, en isla de Barú, tanto él como sus acompañantes decidieron comer un típico almuerzo cartagenero. Sin embargo, jamás se imaginó que el menú solicitado terminaría siendo el más caro que haya probado en su vida.

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Rodríguez y sus familiares coincidieron en que el pescado iba a ser el protagonista de sus almuerzos, por lo que se acercaron a un establecimiento que se encontraba en un sector de la isla conocido como 'Playa Tranquila'.

Manifiesta el turista que pidieron la carta a fin de conocer el menú y el precio de cada uno de los productos a consumir. No obstante, indicó que la persona que los atendió les entregó un documento donde se leían los platos del día, más no su valor.

Al no tener en físico los precios, quien iba a tomar el pedido les dijo que el pargo costaba $55.000 y la mojarra $35.000. Confiando que ese era el costo, decidieron pedir tres pargos y tres mojarras.

"Yo le dije: ¿y los precios?, y me dijo que acá es un poquito más caro porque las cosas no se consiguen y me dio unos precios, que la mojarra valía 35 mil y el pargo 55 mil, algo así", comentó.

Tras consumir los platos, la esposa de Rodríguez solicitó la cuenta para pagar, pero se sorprendieron cuando leyeron en el recibo que el pargo se los estaban cobrando a $75.000 cada uno y la mojarra a $45.000.

"Cuando nos íbamos, pedimos la cuenta y nos dijeron que era quinientos y pico. Yo dije, ¿cómo así?, si usted nos dijo que costaba era esto y me dijo, esos son los precios. Mi esposa pidió que le entregaran la factura, quiero ver cada uno de los precios y obviamente, vimos los precios y dijimos ¿qué es esto?, totalmente desorbitados", manifestó.

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Además de los tres pargos y las tres mojarras, los turistas pidieron un pollo, dos piñas coladas, cuatro cervezas y cinco gaseosas que al sumarle los $80.000 que les cobraron por el servicio, la factura quedó en $593.000.

El afectado afirma que intentó denunciar el hecho con la Policía, pero señaló que cerca al sitio no encontró ningún agente, por lo que decidió hacer público el hecho a través de sus redes sociales, con el objetivo de que las autoridades en Cartagena tomen cartas en el asunto.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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