Volvieron las fiestas a Bocas de Aracataca tras ser golpeado por el conflicto

Bocas de Aracataca, conocido también como Trojas de Cataca, es uno de los pueblos con casas de madera y zinc construidas sobre el agua, ubicado en una esquina de la Ciénaga Grande de Santa Marta, en la costa Caribe colombiana. 

En el 2000 este pueblo pesquero fue víctima de una masacre que provocó el desplazamiento masivo de cientos de familias. Hoy, 18 años después, la comunidad decidió recuperar sus prácticas culturales y sociales, las cuales había dejado en el olvido debido a los agravios que sufrieron. 

Es por esto que, en compañía de la Unidad para las Víctimas, y con tambores y el tradicional baile de negro, decidieron recuperar de las fiestas patronales de Santa Rosalía, que se realizaban sin falta en septiembre y traían visitantes de Santa Marta y otras regiones aledañas.

“Con la recuperación de las fiestas de Santa Rosalía se busca además la recuperación de sus prácticas colectivas y con ello fortalecer el tejido social de esta comunidad que fue afectada por el conflicto”, señaló el director territorial de la Unidad para las Víctimas en Santa Marta, Carlos Ortiz.

“Estas familias vivieron la incursión de grupos alzados en armas, la apropiación y destrucción de bienes privados y públicos, homicidios, restricción de la movilidad, amenazas, tratos crueles e inhumanos, masacres, desplazamiento masivo, secuestros y retorno sin acompañamiento”, agregó el funcionario.

El sueño de los lugareños es dejar atrás las marcas del conflicto y volver a ver al pueblo como era antes de que llegaran los violentos. También reclaman ayuda del Estado pues la Ciénaga se hunde, literalmente, en una crisis ambiental debido a la contaminación del agua, sobreexplotación pesaquera, la construcción de carreteras, los proyectos agrícolas y ganadería.