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Colombia
Foto archivo

Colombia es "uno de los principales países de salida de la cocaína incautada en Valencia y Algeciras (España)", dos importantes entradas de la droga en Europa, y también del mundo, según lo ha resaltado este jueves la ONU en Viena.

Como lo indica el informe anual de 2019 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) sobre la situación de las drogas a nivel mundial, las grandes incautaciones de clorhidrato de cocaína (cocaína en polvo) que hubo en 2018 fueron en Colombia (414,5 toneladas) Venezuela (35,5), Perú (19,5), Bolivia (18,1), Chile (3,7) o Uruguay (0,6).

"Esa droga sigue transportándose desde Colombia principalmente por mar" con "lanchas rápidas, embarcaciones sumergibles y semisumergibles, vehículos submarinos no tripulados y boyas equipadas con dispositivos de localización por satélite", explica la JIFE.

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El informe indica además que desde Colombia sale la base de coca para transformarla fuera del país, "hecho que corroboran las incautaciones de esa sustancia" en aguas internacionales y en otros países de la región, como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

 

La amenaza de las drogas y las armas
 

El narcotráfico, junto al fácil acceso a las armas de fuego, constituye una seria amenaza para la estabilidad en América del Sur, señala este organismo independiente dentro del sistema de Naciones Unidas.

"Los problemas vinculados a la producción, el tráfico ilícito y el consumo de drogas han seguido afectando negativamente la calidad de vida de la población de la región, generando inseguridad y violencia", indica la JIFE, que recuerda que los asesinatos con armas de fuego son mucho más frecuentes que en otras partes del mundo.

Para la ONU, está claro que el narcotráfico y la violencia promueven la corrupción y el blanqueo de dinero, afectan negativamente a la gobernanza y a las instituciones estatales, y tienden a generar una mayor exclusión social.

 

 

Producción se modera tras batir récord

 

La superficie destinada al cultivo ilícito de arbusto de coca "ha aumentado de manera constante" en el periodo 2013- 2017, cuando subió de 120.600 a 245.000 hectáreas en toda Sudamérica, un nivel inédito hasta entonces, antes de moderarse en 2018, señala el informe.

En Colombia, las plantaciones ilícitas de arbusto de coca sumaron 169.000 hectáreas en 2018, un 1,2 % menos que el año anterior, cuando alcanzaron la cota inédita de 171.000 hectáreas, aunque la producción de clorhidrato de cocaína subió un 5,9 %.

En Bolivia, los cultivos ilícitos retrocedieron un 6 %, hasta 23.100 hectáreas en 2018. Con respecto a Perú, la Junta advierte de que no ha recibido a tiempo los datos para efectuar sus estimaciones con respecto a 2018, y recuerda que en 2017 la superficie total dedicada al cultivo ilícito de arbusto de coca había aumentado un 14 % respecto al año anterior.

"Preocupa a la Junta que la reciente tendencia negativa al aumento del cultivo de arbusto de coca pueda poner en peligro el exitoso modelo de desarrollo alternativo integral y sostenible" del Perú, subraya.

 

Tráfico hacia Europa y EE.UU. 
 

Los principales mercados de la droga sudamericana siguen siendo Estados Unidos y Europa. Además de las vías marítima desde Colombia, Brasil y Chile, "en los últimos años los grupos delictivos organizados han transportado grandes cantidades de drogas ilícitas desde Colombia, pasando por Venezuela".

"Para controlar ese tráfico, en particular el de cocaína a través de Centroamérica con destino a Estados Unidos, los grupos delictivos organizados controlan los puertos marítimos y utilizan aeronaves ligeras, con las que realizan vuelos ilegales", precisa la JIFE.

Y sostiene que en Venezuela existen indicios de que los narcotraficantes "han logrado infiltrarse en las fuerzas de seguridad gubernamentales" y han creado una red informal conocida como el "Cartel de los Soles".

 

 

Difícil lucha
 

La Junta reconoce los numerosos esfuerzos de las autoridades para la lucha antidrogas, pero resalta que actualmente no hay "ningún instrumento jurídico regional específico para hacer frente común contra la amenaza de las nuevas sustancias psicoactivas potencialmente peligrosas".

Entre los citados esfuerzos nacionales, recuerda las erradicaciones de cultivos ilícitos en Colombia y Bolivia en 2018, así como el desmantelamiento de miles de laboratorios ilícitos de cocaína en diversos países de la región.

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No obstante, en Colombia la superficie total erradicada bajó en el periodo entre 2013 y 2017, debido en parte a la suspensión temporal y luego a la reducción de la aspersión aérea de herbicidas desde aeronaves.

Otro aspecto que puede haber contribuido al aumento de los cultivos ilícitos a que algunos campesinos recurren a esa actividad debido a la bajada de las exportaciones de productos agrícolas a Venezuela.

Otros factores adicionales, según la JIFE, podría ser "la mayor participación de los carteles mexicanos y de antiguos miembros de organizaciones paramilitares en la delincuencia organizada".

Fuente

EFE

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