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Drone que será utilizado para la fumigación de cultivos ilícitos.
RCN Radio

Este miércoles, el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) aprobó que las Fuerzas Militares y de Policía empiecen a realizar aspersión terrestre y con glifosato a los cultivos ilícitos en el territorio nacional.

Dada de nuevo esta orden del Gobierno para combatir el aumento de los cultivos ilícitos en Colombia, RCN Radio consultó con un experto cómo sería el manejo de estos drones que dispersarán glifosato sobre los cultivos.

Según Juan Carlos Betancourt Zuluaga, lo primero que se hace son unos planes de vuelo para maximizar la eficiencia del drone sobre el área donde va a trabajar.  Luego, sacan unas coordenadas del lugar donde se encuentran los cultivos para ingresarlas al software del aparato.

Posteriormente, teniendo en cuenta que el drone tiene un GPS, éste construye un plan de vuelo y fija qué cantidad de producto se va a aplicar sobre la mata.  

"Yo pensaría que para el glifosato son unos 10 litros por hectárea de manera que él pueda ayudar a una altura, a una velocidad".

Una vez se realice la dispersión del glifosato será un ingeniero agrónomo quien verifique que la aplicación haya sido la adecuada: "se verifican las gotas y que el tamaño de las mismas sobre la planta sea la que se necesita", dijo Betancourt Zuluaga. 

De acuerdo con el experto en el tema, la eficiencia del drone puede ser del 95 al 100% en la aplicación. 

"El drone tienen una ventaja y es que permite verificar dónde no hubo una aplicación efectiva y se puede mandar de nuevo a esas coordenadas específicas y rectificar", indicó el gerente de Tecnovant.

Así mismo, indicó que normalmente un drone puede hacer aproximadamente 15 hectáreas por día. Son aparatos que funcionan con baterías que duran cerca de 10 minutos y la efectividad del proceso también depende de la logística, es decir que tengan baterías de repuesto cargadas para estar cambiando una y otra.

En cuanto al número de personas que están al frente del manejo de los drones, Betancourt Zuluaga indicó que por lo general son tres. El piloto, un ayudante u observador y otra persona que se encarga de la logística en tierra. Agregó que son dispositivos que pueden valer en Colombia entre 35 y 40 millones de pesos cada uno.

Finalmente, respecto a la altura que debe estar el drone de la mata a fumigar, manifestó que no debe ser mayor a ocho metros; sin embargo, aclaró que todo depende del tipo de cultivo a fumigar. 

"Todo depende de la altura de la planta. Uno vuela entre 2 y 5 metros dependiendo del equipo que se tenga. Se hace una configuración del tamaño de la gota que lo hace un técnico en la parte agro, donde es quien dicen que la altura está bien Sí debe ser no mayor a cinco metros por encima del tamaño de la mata, es decir si una planta mide 5 metros, estaría volando máximo a 10", puntualizó.

El 22 de junio pasado, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, se refirió al tema. “Con estos drones se necesita la mitad de la concentración de veneno que se usaba en los aviones que hacían aspersión aérea. Ese método necesitaba cerca del 45 por cierto de glifosato puro, aquí estamos hablando de menos del 25 por ciento de la mezcla, lo que significa menores riesgos sanitarios, menores riesgos de pérdida y mayor efectividad del acción de la erradicación, lo mismo con los métodos manuales que estamos usando como el fumigador de espalda y con guadaña; así  los daños al medio ambiente y a las personas son bastante menores que lo que se hacía con la aspersión aérea”, destacó el ministro Villegas.

Otra de las ventajas mencionadas por el Ministro son los bajos costos económicos y de personal necesarios para asperjar una hectárea de coca, ya que su efectividad está comprobada en 99 por ciento, solo se requieren ocho personas entrenadas para asegurar su operación, la concentración de glifosato puro es de 2,5 litros por cada 10 y el costo estimado por hora es de $600.000.

Informó que esta estrategia de aspersión con drones, que se espera sea avalada por el Consejo Nacional de Estupefacientes la próxima semana, junto a la que se emplean tractores con orugas para fumigación terrestre y que ya está en acción, actualmente se encuentra financiada por el Ministerio de Hacienda con $36.000 millones disponibles. “Eso quiere decir que se deja esta nueva iniciativa tecnológica ya financiada en el presupuesto nacional”.

Este nuevo método, con el que se estiman erradicar mínimo tres hectáreas diarias con un drone, hace parte de la estrategia contra cultivos ilícitos enmarcada en el acuerdo con Estados Unidos en el que el Gobierno colombiano se comprometió a erradicar 90.000 hectáreas de coca para el 2023.

“Ese plan que ahora hemos implementado, que yo he llamado El Libro Blanco de la Erradicación, dice que en 2023 Colombia debería tener la mitad de los cultivos ilícitos en hectáreas que tenemos hoy”, enfatizó.

Fuente

RCN Radio

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