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El alma de Manizales es su gente
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El alma de Manizales es su gente dicharachera, alegre y conversadora a la que le basta solo una mirada para generar tertulia en cualquier espacio, porque todos los manizaleños llevan en sus ojos la esencia de la ciudad, una ciudad que trabaja, avanza y no se queda atrás.

Por eso, un par de horas antes de que el sol asome al lado del imponente Volcán Nevado del Ruiz, “Panchita”, que en realidad se llama Esperanza Osorio, le madruga a su puesto de frutas y verduras en el Centro Galerías Plaza de Mercado.

Según ella, es el mejor escenario para vivir a Manizales porque en él se mezclan y conviven a la perfección los olores, colores y sabores de una capital que con 173 años recién cumplidos hace gala de su experiencia en el manejo de las situaciones difíciles que, en vez de derrotarla, la han convertido en ejemplo de pujanza y resiliencia, cualidades que diariamente se reflejan en el quehacer de sus habitantes.

A pocos kilómetros de su puesto de frutas y verduras, bajo la imponente Catedral Basílica, en el centro de la ciudad, María Teresa Echeverri también madrugó a trabajar. Desde hace 25 años, sus ojos verdes se concentran en dar lustre a los zapatos de propios y extraños.

Entre cepillazo y cepillazo, hace de guía turística y cultural y habla con sus clientes de la arquitectura de la ciudad, entre ella del Bolívar Cóndor, el Corredor Polaco y el Centro Galerías Plaza de Mercado, en donde “panchita” no para de decir: “a la orden, mi amor” para ofrecer sus productos.

̶ “Mi ciudad es un paraíso del que no quiero salir, sino hasta que me llame el redentor”, sentencia orgullosa.

Un redentor que, desde lo alto de la Catedral mira, quizás orgulloso, el trabajo duro, la nobleza, la generosidad y la realización de las pequeñas grandes acciones que mueven el mundo. Como las de Mary Luz Valencia y su hija Laura Pamela Álvarez, quienes han logrado llegar a lugares inaccesibles para rescatar “peludos” vulnerables.

Sin recibir nada por su labor, han dado calidad de vida a más de 40 perros en condición de calle por toda la ciudad y han logrado la esterilización de 500 más.

Por ellos han dado el alma.

Y es que el alma se tiene o no se tiene y Manizales la tiene representada en los 455.000 ciudadanos que, como ellas, acompañadas de Teresa y “panchita”, se acuestan con la esperanza de un nuevo amanecer.

¡El alma de Manizales sueña en la noche y se despierta con mayor energía cada día!

Fuente

Sistema Integrado Digital

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