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El POT debe contemplar instrumentos normativos de protección de las laderas en Manizales

El profesor de la Universidad Nacional sede Manizales, Gonzalo Duque Escobar, se refirió a la emergencia que vive la ciudad como consecuencia de las lluvias sin antecedentes históricos caídas en esta capital y que dejaron un significativo número de víctimas fatales, desaparecidos, personas damnificadas y daños materiales, que tienen a la ciudad en alerta roja, con declaratoria de urgencia manifiesta y calamidad pública.

Foto: RCN Radio

El Plan de Ordenamiento Territorial de Manizales, muy posiblemente empezará a ser debatido el próximo mes en el Concejo Municipal y ante la tragedia reciente, queda mucha tela de donde cortar

El profesor de la Universidad Nacional sede Manizales, Gonzalo Duque Escobar, se refirió a la emergencia que vive la ciudad como consecuencia de las lluvias sin antecedentes históricos caídas en esta capital y que dejaron un significativo número de víctimas fatales, desaparecidos, personas damnificadas y daños materiales, que tienen a la ciudad en alerta roja, con declaratoria de urgencia manifiesta y calamidad pública.

Según el profesor Duque, quien también es integrante del Consejo Territorial del Municipio, en las zonas urbanas afectadas por las fuertes lluvias, además de las altas pendientes y de los frágiles suelos, convergen circunstancias antrópicas (es decir, en las que influye el hombre) relacionadas en especial con la ocupación conflictiva de laderas de protección y cauces periurbanos.

De acuerdo con el docente, la tragedia se explica por la ocupación que el  territorio ha tenido por décadas, la debilidad institucional y la falta de herramientas normativas y tecnológicas que propendan la solución del problema, ya que son factores que generan la vulnerabilidad del habitat.

"En la ladera de Sancancio (el cerro tutelar de la ciudad), la sustitución del bosque primario por coberturas agroforestales ocasionó que la abundante lluvia, que no pudo ser retenida por la vegetación, se transformara en torrentes que erosionaron el suelo para producir un deslave cuyas peores consecuencias se dieron en el barrio Aranjuez, donde se repitió lo vivido en Mocoa".

En este sentido, consideró el profesor Duque Escobar, en el Plan de Ordenamiento Territorial -POT- de Manizales, se deben contemplar los instrumentos normativos suficientes para restarle la presión antrópica a las  laderas que son frágiles y cumplen la función de zonas de protección de la ciudad.

Igualmente, dijo que es necesario replantear el alcance y la cobertura de los estudios geotécnicos y de los factores de seguridad para ajustarlos a los nuevos periodos de retorno de las amenazas climáticas, dada su exacerbación asociada con el calentamiento global.

También recomendó controlar las prácticas que califica como "perversas" y que en su concepto se expresan en el mercado del suelo en las zonas de protección de la ciudad y en la invasión de los cauces, que son prácticas con las que se destruyen los agentes de conectividad biológica.

Según el docente universitario, se debe implementar la plusvalía urbana para hacer viable un POT que garantice infraestructura ambiental y asegure las zonas ya intervenidas, lo cual en su opinión, supone ponerle límite a los procesos de especulación del suelo.

Finalmente, consideró que el desastre de Manizales deja como lección que no solo se debe reconocer la falta de adaptación ambiental a los fenómenos naturales, sino también la necesidad de implementar un modelo urbano más verde y más humano, pensado desde la perspectiva antropocéntrica y no solo para el hombre, si se pretenden atender las demandas socioambientales asociadas a la fragilidad de los sectores urbano y rural en la ecorregión cafetera.

El Concejo de Manizales debe concentrarse probablemente durante el mes de mayo en el estudio y debate del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad y con los recientes antecedentes, así el evento natural haya sido extraordinario, debe invitar a la reflexión a sus integrantes sobre la importancia de analizar con el juicio y la rigurosidad del caso, lo relacionado especialmente con el uso del suelo, para que no se repitan las amargas experiencias hasta hoy vividas, porque así esta ciudad sea ejemplo nacional en materia de prevención del riesgo, la historia se encargará de aplaudir o condenar a quienes dentro de poco tendrán esa delicada decisión en sus manos, que ante todo debe ser tomada de manera responsable y pensando siempre en el más elemental de los derechos del ser humano, que es el derecho a la vida y naturalmente, en el bien común.