El dilema de la "paz total": entre la negociación y la difícil situación de orden público

Pasados siete meses de su gobierno, el presidente Gustavo Petro ha dejado clara su intención de hacer de la llamada ‘paz total’ una bandera del Ejecutivo y una política estructural que atraviesa las actividades de casi todos los ministerios.

Entre ensayo y error, ya tiene andando dos procesos de paz (con el ELN y las disidencias de 'Iván Mordiscos') y por lo menos otros tres acercamientos con estructuras criminales (como el peligroso 'clan del golfo').

Acercamientos ambiciosos, en tiempo récord. Con la guerrilla ELN inició cuando apenas su Gobierno estaba prendiendo motores. En la actualidad, el proceso de paz avanzará en un tercer ciclo en La Habana (Cuba), a mediados de Semana Santa.

Sin embargo, el primer tropiezo se dio en pleno año nuevo 2023. Cerca de la medianoche del 31 de diciembre de 2022 el mandatario, a través de twitter, anunciaba un cese al fuego con cinco grupos armados. Semanas después, deshizo la tregua con el ELN por un detonante de errores de diálogo.

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En diálogo con RCN Radio, el senador y miembro del equipo negociador con esa guerrilla, Iván Cepeda, señala que el primer punto de partida será retornar a un cese al fuego “que no se produce simplemente con la buena voluntad, el deseo o la presión mediática”.

”Aquí hay necesidad de concertar un alto al fuego, que requiere protocolos y verificación internacional, no sea que por la premura y esa presión quede mal hecho”, agrega y la mesa se ponga en crisis, como ya paso en una oportunidad.

Dicha crisis fue tal, que el Gobierno replanteó, en por lo menos una oportunidad, pensar si la manera muy pública en la que se estaba llevando la mesa, era la correcta. El presidente Petro llamó de emergencia en febrero a su equipo negociador para tratar de enderezar el rumbo y cumplir una reunión de emergencia en Caracas (Venezuela), con el ELN.

En este punto, el Gobierno en cabeza de su alto comisionado de Paz, Danilo Rueda, se dio cuenta que el reto no sólo es sortear la estabilidad de la mesa con el ELN, si no un cese al fuego con otros cuatro grupos armados. Petro dio por terminado otra tregua, esta vez con el 'clan del golfo'.

En medio de un paro minero que golpea la economía y la tranquilidad del Bajo Cauca antioqueño, con poco control territorial, parece ser un nuevo lunar en la política de ‘paz total’, que se eclipsó con el anuncio de un segundo proceso de paz con las disidencias de las Farc de 'Iván Mordiscos'.

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A lo anterior, se suman peticiones en la mesa de negociación con el ELN, que exige “revisar el modelo económico del país”, propuesta que ha sido criticada por sectores sociales y políticos del país.

“Es una invitación a una discusión del país, no porque el ELN lo diga. Pero necesitamos discutir el problema del narcotráfico; no puede seguir así la situación de algunos territorios del país en los cuales reina la pobreza”, añadió Cepeda.

Al presidente le han aparecido retos mayores, incluso desde el interior de su familia. Pidió a la Fiscalía investigar a su hermano Juan Fernando Petro y a su hijo mayor, Nicolás Petro, por presuntas irregularidades en su ambición de la ‘paz total’.

A ese enredo familiar y jurídico, se le han sumado voces de críticas como la del fiscal general, Francisco Barbosa, quien denuncia “gabelas” en la Ley de Sometimiento, carrera jurídica para someter a bandas criminarles del país.