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Ellas son las víctimas del Palacio de Justicia que recuperaron sus nombres después de tres décadas

Cristina del Pilar Guarín (izq), Luz Mary Portela (cent) y Lucy Amparo Oviedo (der) / Foto: archivo particular



Cristina del Pilar Guarín Cortés tenía 26 años en 1985 y era licenciada en Ciencias Sociales.

En el momento de los hechos, trabajaba temporalmente como cajera en la cafetería del Palacio de Justicia, en reemplazo de la esposa de Carlos Augusto Rodríguez Vera, quien estaba de permiso de maternidad.

Cristina fue la séptima de ocho hijos. Estudió en los colegios Instituto Pedagógico Nacional y externado nacional Camilo Torres, donde se graduó de bachiller en 1979.

Sus familiares dicen que ella era una crítica de todo su entorno social y de una personalidad arrogante y definida que siempre defendía sus derechos. "Sus deseos de superación eran incalculables".

Le gustaba enseñarles a personas de la tercera edad y preparaba su viaje a España para realizar un postgrado en Ciencias de la Educación.

Luz Mary Portela, de 26 años, estudio hasta quinto de bachillerato y trabajaba para sostener a su madre y hermanos, era la segunda de una familia de seis hermanos, fruto de cuatro uniones conyugales.

Luz Mary pasó su infancia en la finca de los abuelos maternos en Villarrica, Tolima. Trabajó toda su vida al lado de su mamá Rosalbina, primero en las labores del campo y desde 1969 en labores de cocina en la Normal de San Bernardo, Cundinamarca.

Allí Portela estudió con el propósito de ser profesora, pero faltando un año para terminar se trasladó con su madre hacia Bogotá en busca de un nuevo empleo.

Portela reemplazó a su mamá Rosalbina en el Palacio de Justicia quien enfermó en la última semana de octubre de 1985.

Lucy Amparo Oviedo tenía 23 años de edad al momento de la desaparición, era la menor de seis hermanos, se casó con Jairo Arias Méndez un ingeniero civil que tenía  29 años de edad al momento de los hechos y con quien tuvo dos hijos, Jairo Alberto quien en la época tenía seis años y diez meses de edad y Rafael Armando, de 19 meses de nacido.

Lucy estudió en el Colegio Francisco Javier de Castro, en Chaparral, y empezó la secundaria en el colegio Soledad Medina, terminando sus estudios en jornada nocturna después de casarse, mientras trabajaba de día.

Tenía proyectado empezar su carrera de Derecho en febrero de 1986 en el Externado de Colombia, por ello, quería vincularse a la labor judicial y tenía para el día de su desaparición forzada una entrevista de trabajo con el magistrado Raúl Trujillo, en el Palacio de Justicia.