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Estudio revela mapa de grupos delincuenciales que quedan tras firma de paz con la Farc

Luego de varios meses de la firma del acuerdo final entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc y en medio de los diálogos que se llevan a cabo con el ELN en Ecuador, la Fundación Ideas para la Paz reveló un  informe detallado de los grupos armados que delinquen en la actualidad en diferentes regiones del país.

Foto referencial de AFP


Luego de varios meses de la firma del acuerdo final entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc y en medio de los diálogos que se llevan a cabo con el ELN en Ecuador, la Fundación Ideas para la Paz reveló un  informe detallado de los grupos armados que delinquen en la actualidad en diferentes regiones del país.


"En este informe, la FIP analiza el impacto de las diferentes expresiones armadas en diversas regiones del país, asi? como de aquellas que esta?n en proceso de formacio?n y que se han ido visibilizando con el desmonte paulatino de las Farc", dice el documento titulado: "Crimen organizado y saboteadores armados en tiempos de transicio?n".


“Esta radiografía nos permite visibilizar las enormes diferencias entre grupos y su presencia en los territorios, así como su fragmentación. De igual forma, nos permite entender que el fenómeno del crimen organizado se concentra cada vez más en lo local y esto es esencial para poder diseñar políticas públicas acertadas”, dice María Victoria Llorente, directora de la FIP.


El documento resalta que "hoy en día existen tres grandes grupos armados organizados o GAO (las AGC o Clan del Golfo, Los Puntilleros y el EPL o Los Pelusos), los cuáles son muy disímiles entre sí. Hace una década eran 33 grupos. Esto no significa que se esté derrotando al crimen organizado. La disminucio?n en el nu?mero de estructuras tambie?n es resultado de su transformacio?n".


El Clan del Golfo:  El extenso informe asegura que solo esta agrupación ilegal cuenta con cerca de 900 integrantes, "pero podrían ser cerca de 3.500 si se tiene en cuenta a los que subcontratan y a los que usan su marca para asesinatos, microtra?fico, cobro a expendios de droga y labores de inteligencia".


Las cifras oficiales hablan de que hacen presencia en 107 municipios pero el trabajo de campo de la FIP los ubica en 148, sin que esto indique que tienen control territorial


El recorrido hecho por el país por cuenta de la fundación,  permite concluir que este grupo delinque principalmente en la región de Urabá, en el sur de Córdoba y en zonas urbanas o semiurbanas del Bajo Cauca.


Los Pelusos:   Es un grupo disidente del Ejército Popular de Liberación, nacido en Colombia en 1967 y desmovilizado en 1991.


Según las cifras recogidas por esta fundación, este grupo está compuesto por 132 miembros y delinque  de la mano con la guerrilla del ELN,  principalmente en la zona del Catatumbo del departamento de Norte de Santander y  fronterizo  con Venezuela.


"Esa cifra varía según diversas fuentes consultadas  en la región. Unas consideran que sería menor, mientras que otras aseguran que este grupo bordearía los 200 integrantes porque tiene una alta capacidad  de reclutamiento. Sin embargo, el hecho que
haga presencia en 10 municipios no significa que abarque su totalidad", dice la investigación.


Los Puntilleros:  Los Puntilleros: Bloque Meta y Bloque  Libertadores del Vichada Cuentan con aproximadamente 70 integrantes repartidos
en zonas muy delimitadas de 15 municipios de los Llanos Orientales, de acuerdo con cifras oficiales.


No está claro si se puede considerar un solo grupo, pues diferentes fuentes señalan que Los Puntilleros son en realidad dos –el Bloque Libertadores del Vichada y el Bloque Meta–, que actúan por separado y en diferentes zonas de la región.


El Ministerio de Defensa en Colombia describe un un GDO como “un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves"


Según este informe, en Colombia "actualmente hay 24 GDO que se distribuyen así: Los Caqueteños, Los Botalones, Los Rastrojos, Los Costeños, La Cordillera, La Constru, Los Pachenca, La Empresa y el Clan Isaza; cinco oficinas de Cobro (Boliqueso, Avestruz, El Seco, Fresa y Lobo y Dimax)  y diez organizaciones delincuenciales integradas al  narcotráfico (Las Chatas, La Sierra, La Unión, Picacho,  Los Triana, Robledo, San Pablo, Trianón, Terraza y Caicedo)


Pese a que estos grupos son los tres más representativos, el informe deja claro que a estas organizaciones se les añaden pequeñas células delictivas que “son grupos de menor envergadura, con alcance territorial limitado, pero con capacidad para enfrentar o resistir la acción del Estado y, sobre todo, de afectar la seguridad de las personas”.


Rastrojos: La FIP recogió en su informe que este grupo "lo creó Wilber Varela, alias ‘Jabón’ en 2002, buscando independizarse del Cartel del Norte  del Valle, nombrando a Diego Pérez Henao, ‘Diego Rastrojo’, como su lugarteniente (Insight Crime, 2016).


Posteriormente, se unieron con la cúpula de la organización de los hermanos ‘Comba’ (Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna), provenientes del Caquetá y con lazos con los carteles vallunos (El País, 2012).


Los Rastrojos comenzaron operando en los departamentos  de Valle del Cauca, Cauca y Nariño. No obstante,
algunos de los miembros de la banda consideraban que era necesario expandirse a otras zonas del
país, por lo que se fortalecieron también en el Caribe colombiano, el sur del país y la región fronteriza entre
Venezuela y Norte de Santander.


La Cordillera: El grupo nacido  en los noventa para controlar el narcotráfico en la ciudad de Pereira: “La violencia que ejerce, también genera impacto humanitario. Sobresale el desplazamiento intraurbano, la imposición de normas de conducta y el reclutamiento de menores para realizar actividades ilícitas”.


Rutas del narcotráfico que parten desde Bolivía para recorrer Brasil y África antes de llegar a mercados europeos son las que mantienen con vida a Los Buitragueños, creadores de las Autodefensas Campesinas del Casanare en la década de los 70.


Asociados a actividades como el contrabando, el sicariato, la extorsión y el tráfico de armas, los denominados Botalones tienen su sede principalemente en el Magdalena Medio. Se encargan también del tráfico de drogas y el robo de combustibles.


Un exmilitar conocido como Alonso Mavesoy Lozada creó Los Caqueteños una estructura encargada de exportar droga hacia Brasil y Perú, buscando finalmente rutas hacia los Estados Unidos.


El tráfico de armas y de droga ocupa a Los Costeños, una organización nacida a partir de 2013 ocupando el espacio de los debilitados Rastrojos en la costa caribe.


Los departamentos del Magdalena y La Guajira son sedes de Los Pachencha, una organización que alberga a extorsionistas y sicarios dedicados igualmente a la exportación de droga.


Finalmente el Clan Isaza, un grupo ilegal que se transformó de ejército privado a una clase de organización de seguridad para narcotraficantes a quienes ofrece fincas convertidas en laboratorios para el procesamiento de drogas, completa el mapa referenciado por la Fundación Ideas para la Paz en su informe.