Familia de víctima de masacre en Corinto le había pedido que renunciara
Carlos Mario López les respondía a sus familiares que ya le faltaba poco para terminar y que por eso no renunciaría.
Rooselbelt Saavedra y Carlos Mario López son dos de las cuatro víctimas fatales de la masacre en Corinto, Cauca. Ellos eran oriundos del municipio de Florida, en el Valle, y cumplían con las labores de conductor e ingeniero agrícola, respectivamente, como contratistas de una empresa que licitaba para proyectos de sistemas de riego.
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Alex López, tío de Carlos Mario López, dijo que su sobrino era una excelente persona, dedicada, buen hijo y muy estudioso, ya que estaba próximo a graduarse en una especialización sobre manejo de aguas.
Según el familiar, Carlos Mario llevaba poco más de un mes trabajando para la empresa como contratista; él todos los días viajaba de Florida a Caloto, en el norte del Cauca.
Aunque sus seres queridos le habían dicho que renunciara por la situación de orden público en ese departamento, el joven les dijo que le faltaba apenas una semana aproximadamente para terminar su labor.
“Nosotros por ser de Florida hemos vivido el conflicto. Uno ya sabe la inseguridad, el estado de zozobra, el riesgo que corre. Él había manifestado eso allá. Nosotros aquí, por ese mismo conocimiento de causa, le habíamos sugerido que renunciara, él ya lo había pensado, pero no alcanzó, como es evidente, a tomar la decisión”, comentó Alex López.
El estado de zozobra fue permanente desde que Carlos Mario se fue a trabajar al Cauca. Sin embargo, se incrementó más cuando el jueves, día de la masacre en horas de la tarde, un colega llamó a los familiares a decirles que el ingeniero había sido secuestrado.
“Nosotros nos damos cuenta que él es prácticamente secuestrado gracias al aviso de un ingeniero que estaba en otro sector del proyecto; él nos hace saber que ha sido raptado, comenzamos a hacer llamadas y nos damos cuenta que fue masacrado, por redes sociales, por videos que circularon por redes sociales”, relató Alex López.
Respecto a los responsables, “se asume que son disidentes de las Farc, porque a pesar de que él estaba en la parte rural de Caloto, apareció en Corinto. Hay muchas versiones que están en investigación, que están con unos médicos legistas que fueron designados especialmente para ellos porque fueron encontrados atados, torturados, con tiros de gracia y al parecer fueron arrojados en la carretera”, mencionó López.
Los restos mortales de Carlos Mario López y Rooselbelt Saavedra Solarte se encuentran en la sede de Medicina Legal de Palmira, en donde se les realizará la necropsia para establecer los vejámenes a los que fueron sometidos.
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Se espera que este fin de semana se realice el sepelio.
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