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Habitantes de Rincón del Mar dicen que alias 'Cadena' mandó tumbar una escuela para que no le tapara la vista

Los habitantes de Rincón del Mar, corregimiento de San Onofre (Sucre), recuerdan que hace más de once años el régimen de vida que les impusieron los paramilitares era de tanto temor y crueldad que por un capricho de Rodrigo Mercado, alias 'Cadena', se tumbó una escuela primaria para que no le siguiera tapando la vista al mar desde su casa, ubicada en pleno centro de ese lugar.

El profesor Luis Manuel recuerda que en una noche tumbaron la escuela y no quedaron ni sillas, ni pupitres, ni útiles, ni nada. Todo fue destruido.

"Él (Cadena) decía que el colegio era un refugio para el enemigo. Atrás del colegio había una casa que la estaban construyendo, eso también lo tumbaron. Sentimos los manazos, los golpes, destruyeron todo, no quedó nada", señaló.



Patricia, turista que desde hace 18 años dona recursos y útiles escolares a Rincón del Mar, recuerda la crueldad cuando los paramilitares mandaban en la zona.

"Donamos todas las sillas chiquitas que tenían acá en la escuelita y al año siguiente, cuando llegamos encontramos que la escuelita no existía; veíamos directamente al mar y cuando supimos nos contaron la triste historia de que uno de los paramilitares que mandaba acá mandó tumbar la escuelita porque le tapaba la vista al mar", sostuvo.

Otro colegio

Nueve meses después, y a pocos metros de la escuela tumbada, Luis Manuel y otros profesores formaron otro colegio. Hoy se llama San Francisco de Asís y ofrece a 85 niños educación hasta cuarto grado de primaria. Es una institución privada que no tiene apoyo ni de la Alcaldía de San Onofre, ni de la Gobernación de Sucre, ni del Gobierno Nacional.

Por ser un corregimiento en el que viven pescadores, la pensión del colegio cuesta 15 mil pesos, pero asegura el profesor que la mayoría de los padres no tienen esos recursos para pagar la educación de sus hijos.

Pero en esta zona también les imponían reglas de vida. Debían caminar por un solo camino y no podían tener vida social.

"Ellos nos reunían a la gente en un sitio; nos sacaban de las casas y ahí nos hablaban y nos trataban con palabras malucas, como (....) negros' (...) todas esas cosas crueles, nos trataban a patadas, a bofetadas. Entonces, uno lo que hizo fue resistir y quedarse en el pueblo y estar como cuando llega un Dios y eso teníamos que hacer", recuerda Luis Manuel.

Territorio de tranquilidad

Tras ser una de las zonas más golpeadas por la violencia paramilitar, hoy los habitantes de Rincón del Mar viven con más tranquilidad, pero afirman que están en la pobreza. Que no tienen condiciones básicas de vida ni oportunidades para los niños.

"Es una zona muy pobre. Este rinconcito como llamamos, lo tienen olvidado las instituciones y el gobierno nacional. Aquí lo que hay es el esfuerzo de la empresa privada y no se tiene en cuenta este Rincón como en la parte que vivió la violencia. Que ellos vivieron aquí, compartieron con uno aquí, y qué hacía uno si estaba desarmado? aguantarse, porque si se desplazaba (...) la familia que aquí menos tiene (cuenta con) 8 ó 10 hijos, para dónde", señala.

Solicitan que el Estado no los mantenga en el olvido y los reconozca como una zona azotada por la violencia. "Estamos trabajando con nuestras uñas porque no tenemos acompañamiento del Estado. Pedimos que Rincón del Mar sea reparada como una zona de víctimas porque todos sufrimos esta violencia, desde los niños hasta los ancianos", relata el profesor Luis Manuel.