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Vehículos cisternas para transportar combustibles / Referencial
AFP

Un camión cisterna es el puesto de trabajo de Noel Bravo Sanabria, desde hace cerca de 15 años, allí transporta tanto en ciudades capitales como en carreteras del país, sustancias peligrosas como combustibles, gases, explosivos, ácidos, nafta, alcohol y peróxidos, entre otros. Esta labor la considera peligrosa desde “el momento en que se carga y hasta que se descarga”, el producto.

Algunos de los riesgos a los que dicho transporte puede verse enfrentado es a incendios, contactos eléctricos, contactos térmicos, explosiones, atropellos, golpes, choques y condiciones del terreno, entre otras.

En los cuidados mínimos, según Noel, un conductor no debe fumar, hablar por celular y mucho menos distraerse, y aunque cuenta con la preparación y medidas de seguridad para su desempeño, afirma que su seguridad se ha visto en riesgo, ante la imprudencia de otras personas que desconocen la magnitud del producto que allí se transporta.

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“He tenido que pedirle el favor, o llamarle la atención a los acróbatas que trabajan con fuego en los semáforos y muchas veces se disgustan”, relata el hombre, de 51 años de edad.

Agrega que el mayor peligro lo corre en ciudades capitales en donde los transeúntes desconocen las normatividades de seguridad de estos carros, como es el caso de aquellos que lanzan colillas de cigarrillo encendidas cerca de estos vehículos o quienes no guardan la distancia mínima de seguridad.

Bravo relata que, “hace unos tres años, transportando gas por la vía entre Villavicencio y Restrepo (Meta), un camión le pegó por detrás a la cisterna y dañó la válvula de descargue, por lo que se presentó una fuga de gas. Lo que se hizo fue acordonar la zona y ubicar el vehículo en una parte segura, lejos de viviendas, población y otros vehículos, por lo que la contingencia salió bien y no hubo ninguna desgracia”.

El conductor señala además que, “hay una parte del código 1609 donde dice que las sustancias peligrosas no pueden parar en poblaciones o lugares concurridos, entonces, el tránsito de sustancias peligrosas debería ser libre y sin restricción en ninguna ciudad y menos en las capitales donde hay transeúntes y población alrededor”.

Entre tanto, Juan David Montoya, catedrático de la especialización en Gestión Ambiental de la industria minera y petrolera de la Universidad de Santander (UDES) y a su vez miembro del Cuerpo de Bomberos voluntarios de Cali, expone la magnitud que conlleva transportar esta clase de sustancias y sus protocolos. ´

El docente destaca que, dentro de los protocolos hay normatividad a nivel nacional, del Ministerio de Minas y Energía, de la Unidad para la Gestión del Riesgo para el transporte de sustancias peligrosas”.

A su vez explica que, “hay sustancias que pueden explotar o que pueden simplemente generar vapores tóxicos o venenosos, por ejemplo, podría ser gas cloro o sustancias que pueden llegar tener consecuencias muy lamentables”.

El catedrático, experto en temas de prevención de desastres, agrega que “la gasolina es una sustancia que los vapores con el solo hecho de que ya estén dispuestos al ambiente, están dispuestos a incendiarse, por lo que hay que guardar siempre el principio de precaución, entonces, si no conozco me debo alejar porque hay que medir siempre las peores consecuencias, siempre hay que ser pesimistas”.

Destaca que, así como un carrotanque puede transportar miel o leche, también puede estar transportando sustancias de gran peligrosidad, razón por la cual y según la normatividad están identificados con placas con rombos de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA), con la numeración pertinente establecida por las Naciones Unidas, en el caso de transportar mercancías peligrosas.

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Sumado a ello, cada vehículo debe contar con un kit de contingencia para afrontar alguna emergencia, aunque considera que en general un extintor no alcanza a cubrir la magnitud de algunas emergencias, por lo cual, el llamado a las autoridades de emergencia y acordonar la zona debe ser lo primero a realizar.

Y es que la tragedia ocurrida recientemente en vías del Magdalena, hace una semana, deja ver una serie de carencias según el profesor Montoya en materia de prevención.

Es casi que frecuente que cada vez que se presenta un accidente de un camión de carga las personas de la zona están atentas a ver que pueden sustraer del vehículo, sin medir las consecuencias ni el riesgo que esto representa.

Por su parte, Noel Bravo, afirma que allí se evidenció una falla en el plan de contingencia porque no se acordonó la zona, permitiendo que llegara una turba a manipular el vehículo, e incluso se vio cómo un bus que transportaba pasajeros pasó por en medio de las llamas.

De acuerdo con varias hipótesis, una de las causas que generó el incendio del camión Cisterna en Tasajera y cuyo accidente enluta a decenas de familias, se debió a una chispa, procedente de la batería del carro, en momentos en que esta estaba siendo manipulada. Su conductor salió ileso.

Audio

Escuche el informe sobre los riesgos de conducir un camión cisterna

0:27 5:25
Fuente

RCN Radio

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