Familiares reclamaron en Villavicencio cuerpos de disidentes muertos en bombardeo de Caquetá

En un drama se convirtió para las familias reclamar los cuerpos de nueve supuestos disidentes muertos que llegaron a Medicina Legal de Villavicencio, provenientes de zona rural de San Vicente del Caguán en el Caquetá.  

Los familiares que llegaron hasta el barrio Menegua de Villavicencio, donde está la morgue, para identificar a los cuerpos y reclamar sus despojos, denunciaron que padecieron la desinformación y la falta de recursos para sostenerse en esta ciudad y realizar las diligencias pertinentes.  

Edwin Peñaloza García llegó desde la región de Puerto Cachicamo, Guaviare, para intentar recuperar el cuerpo de su hijastro, quien murió en el bombardeo militar contra ese grupo armado en el Caquetá. Narró que desde hacía tres años el muchacho se había ido de la casa y apareció en el campamento sobre el que hizo el operativo el Ejército Nacional.  

Asegura el líder campesino del Guaviare que el joven muerto, y quien es hijo de su esposa, tenía apenas 17 años, situación que denuncia como violación a los Derechos Humanos, dado el ataque no midió la posibilidad de que en estos campamentos hubiese menores de edad, quienes en estas regiones no encuentran más oportunidades que la guerra.

Son tres menores de edad, según se confirmó por los mismos familiares identificados como Marly Yineth Molano Mejía de 17 años, Karina Alexandra Cabrera Hernández de 15 años y José David Macías Díaz de 17 años.  

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Aún hay dos NN sin edad establecida por falta de documentos de identidad, uno de ellos podría ser menor de edad.

Los adultos muertos en el bombardeo eran Jhon Alexander Pedraza González, Jhorman Córdoba Ortiz, Vidal Parra Tapasco y Jarvin Julián Martínez Rodríguez.

Los familiares de los muertos reclamaron por lo que sería una violación a los Derechos Humanos, al bombardear campamentos donde pueden estar menores de edad, dijo Edwin Peñaloza familiar del menor.  

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Edilberto Daza, dirigente campesino del sur del Meta, hizo un llamado a las autoridades para que hagan una real inteligencia militar con la que se logre verificar previamente si hay o no menores de edad en los puntos a bombardear.