Militares víctimas del conflicto se dedicarán al desminado y al trabajo con desmovilizados

Dos uniformados que por poco pierden la vida en medio de acciones contra la guerrilla y que sufrieron mutilaciones y lesiones permanentes, ahora se encargarán de misiones como el desminado humanitario y la atención a desmovilizados.

Los militares recorriendo las montañas en búsqueda de la guerrilla. El mayor del Ejército, Alejandro Cardona, sintió casi que moría cuando cayó en un campo minado. "Perdí cuatro dedos de mi mano derecha, parte de mi pie derecho y múltiples cicatrices en todo mi lado derecho", indicó.

Entre tanto, el cabo primero Carlos Montoya aseguró que su vida cambió porque desde que le lanzaron un explosivo cuando patrullaba en el Cauca, su guía para poder moverse es un perro lazarillo.

"Recibí fragmentos de un artefacto explosivo, los cuales me afectaron la visión y la perdí inmediatamente", señaló el suboficial.

Sin embargo, el mayor Cardona asegura que el no haber muerto le permitió encontrar una nueva oportunidad. "A pesar de las lesiones, el mismo cuerpo le van dando el equilibrio, ya incluso usted puede caminar libremente y correr así usted esté amputado de la pierna y uno hasta se vuelve ambidiestro", dice Cardona.

El cabo Montoya sin contar con su visión lejos de dejar que la adversidad lo derrotara logró aprender Braile y se graduó como Sicólogo. "Encontré una herramienta que era la capacitación", expresó.

Con solo dos dedos en la mano derecha y medio pie derecho, el mayor Cardona se encargará de evitar que a otras personas les pase lo mismo que a él.

"Soy el director de guerra contra minas del Ejército; esto es dentro del Centro Nacional contra Minas, en el proceso de lo que se llama la liberación de tierras o sea el desminado como tal", puntualizó.

El mayor Cardona y el cabo Montoya hacen parte del equipo de las Fuerzas Militares que cumplirán papeles importantes en el posconflicto. Saben que incluso trabajarán o ayudarán a quienes antes buscaban para combatir.