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Retornan indígenas desplazados de Risaralda a Chocó
Unidad para las Víctimas

En diez jeeps y camiones cargados de costales, los 430 indígenas embera katío del Alto Andágueda empacaron más cosas de las que trajeron cuando a comienzos del mes de marzo llegaron caminando hasta Pueblo Rico, en el departamento de Risaralda, huyendo del asedio, las amenazas y la violencia que ha estado ejerciendo en su territorio la guerrilla del ELN.

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Cansados de la incertidumbre que los llevó a vivir durante los últimos 20 días en el Coliseo del municipio risaraldense, Óscar Campo Tequia, Gobernador del resguardo Tamí, celebró que finalmente las autoridades de Bagadó y Chocó se han comprometido a velar por su seguridad y agradeció el apoyo de las autoridades risaraldenses.

Gracias a Dios llegamos a la casa contentos porque ya estábamos muy cansados y por eso con todos los niños y las mujeres regresamos a la comunidad. Estamos contentos de que nos dieran mercaditos, colchonetas, cobijas, trastes y ropita para los niños”, indicó Campo.

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El largo recorrido comenzó a las 9:50 de la mañana desde el casco urbano de Pueblo Rico hasta el sector de Ágüita, aún en territorio risaraldense, donde, después de casi hora y media de camino en los diferentes vehículos, las 92 familias de la comunidad de Cevedé continuaron su camino por la selva chocoana a lomo de mula, un agotador viaje que después de cinco horas finalmente los llevó de regreso al hogar que cuatro semanas atrás habían abandonado.

Ahora, como indicó César Queragama, líder del desplazamiento, la expectativa está puesta en el cumplimiento de la palabra de las autoridades de Bagadó y de Chocó, quienes ya tienen en su poder el pliego de tres peticiones que ha hecho la comunidad para retornar a su territorio; salud, educación y seguridad.

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“Ya se entregó pliego de petición para atención, se comprometió el alcalde de Bagadó y la Gobernación del Chocó a hacer la visita de verificación de obras donde se va a construir”, aseguró Queragama.

Por lo pronto, Laura Moreno, directora territorial de la Unidad de Víctimas en el Eje Cafetero, indicó que a la comunidad se le han entregado 90 mercados y más kits de aseo y hábitat que se prevé alcancen para dos semanas mientras se brindan las garantías correspondientes para que las familias puedan volver a cosechar, pescar y retomar sus actividades cotidianas.

Hicimos acompañamiento a estas comunidad indígenas con ICBF y debemos hacer un reconocimiento especial a la Defensoría del Pueblo. Entregamos los mercados y kits que esperamos que les duren por los próximos días”, puntualizó Moreno.

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Con temor y esperanza, los 430 indígenas embera katío del Alto Andágueda, finalmente regresaron a su tierra, y entre la humedad y la selva, se reencontraron con los pocos amigos y parientes que se quedaron escondiendo a sus hijos para que no fueran reclutados, abandonando los caminos para no caer en alguna mina y rogando que aquel guarda que mató la guerrilla hace menos de un mes, sea el último.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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