Denuncian que la Gobernación de Chocó le debe $3.000 millones al ancianato de Quibdó
El ancianato Nicolás Medrano de Quibdó, Chocó, atiende a 90 adultos mayores de escasos recursos.
Los 90 adultos mayores de escasos recursos económicos, que son atendidos en el ancianato Nicolás Medrano de Quibdó, viven ahora de la caridad, pues los recursos que llegan desde la Gobernación no son suficientes para suplir sus necesidades básicas.
Según el sacerdote César Perea, director del hogar, desde 2015 se han dejado de girar aproximadamente 3.000 millones de pesos, equivalentes al 4% de los contratos que firma la Administración Departamental.
Ignacio Cuesta, representante Legal del hogar geriátrico, aseguró que la situación ya se puso en conocimiento de la Contraloría Departamental para que establezca por qué no se han entregado dichos recursos. Sin embargo, hasta la fecha no han obtenido ninguna respuesta.
“En el departamento de Chocó la corrupción está por encima de cualquier cosa, debido a eso se presentó una denuncia ante la contralora del departamento para que hiciera lo respectivo. Han pasado tres meses y no hay una respuesta concreta”.
Por su parte, la contralora Regional, Pasleyda Murillo, sostuvo que desde febrero se adelanta una auditoría a las dependencias de la Gobernación para establecer si es cierto la omisión en la entrega de recursos. Manifestó que algunos de los funcionarios no entregaron la documentación a tiempo, por lo que el trámite se ha retrasado.
“A la fecha se entregó una parte de la información, les hemos dado una prórroga, pero ha sido imposible que nos den información al 100%. Eso es lo que nos ha demorado los resultados finales de la auditoría, pero este momento ellos están haciendo ya toda la investigación de las vigencias ya entregadas”.
Se espera que para finales de este mes ya se tenga un resultado de la auditoría en la Gobernación, mientras esto sucede, las deudas del ancianato que funciona desde 1966 ascienden a 300 millones de pesos. A los empleados se les deben algunas quincenas y el padre César Perea ya no sabe cómo conseguir los recursos para atender a los 90 adultos mayores.
