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Desminado Militar
El comandante del equipo detona el artefacto con una carga explosiva controlada.
Inaldo Pérez / Sistema Integrado Digital

En la zona rural de Palmira, en la vereda La Nevera, se inician las labores de desminado en el Valle del Cauca. Este plan estará a cargo de la Brigada de Desminado Humanitario, bajo las órdenes de la teniente Alicia Rojas, la única mujer de los 20 integrantes de esta unidad militar.

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La principal labor de los soldados es dejar la zona montañosa de Palmira libre de minas antipersonales, que años atrás fueron instaladas por los grupos armados al margen de la ley, y que han destruido la vida de decenas de personas que han perdido sus extremidades al detonar dichos artefactos no convencionales.

La meticulosa tarea de los militares es considerada la más arriesgada, pues combaten a diario con un enemigo silencioso. Es por esto que existen tres métodos de búsqueda: la manual, que es desarrollada por soldados capacitados; la canina, que es en compañía de soldados y perros; y la maquinaria, que es con una máquina encargada de detonar las minas.

La manual es la más meticulosa y se practica en zonas montañosas de difícil acceso; hay  unos protocolos que se deben seguir para evitar futuras tragedias, con las medidas exactas para poder accionar en el área. Un soldado debe avanzar cada 30 cm para despegar el perímetro y de esta manera pasar el detector de metales, que ayudará a identificar, de manera más fácil, dichos artefactos.

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Vale la pena resaltar que la brigada de desminado humanitario no porta armamento ni municiones, pues su única labor es desminar los campos colombianos; ésta se diferencian del desminado militar, ya que se encuentran en zonas fuera del conflicto armado.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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