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Exguerrilleros de las Farc
Exguerrilleros de las Farc en la zona veredal de Mariana Páez.
Foto: archivo Colprensa

Luis Alfredo Vásquez, es un líder comunal de Tumaco (Nariño), con voz pero sin rostro, que en 2017 con el diálogo como arma y su confianza en Dios como defensa llegó hasta un campamento de las Farc y logró la desmovilización de 130 guerrilleros. Hoy los excombatientes son promotores de paz y siguen luchando, desde la legalidad, para que la guerra se vaya de una vez por todas del territorio. 

Vázquez, quien es presidente de la Comuna Tres de Tumaco, recuerda que un día recibió en su casa a una visita que cambiaría su vida. Guerrilleros de la columna 'Daniel Aldana' de las Farc, golpearon a la puerta de su casa para ofrecerle una misión. "Hay unas personas que quieren hablar con usted" -le dijeron- "Y yo pregunté de quién se trataba y en voz baja me respondieron: Las Farc. Yo accedí a la invitación sin hacer muchas preguntas y ellos me dijeron: Tenemos que irnos al monte".  

Luis Alfredo, narra que no podía contarle de esta visita a su familia y sin conocer para qué lo buscaban sabía que era peligroso negarse por lo que decidió encomendarse a Dios. "Yo me arrodillé en mi casa. Hablé con Dios y le dije: Señor en tus manos está todo; no sé de qué se trata, pero, la vida no es mía sino tuya".  

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Días después llegaron por Luis Alfredo para llevarlo a un campamento ubicado en una zona denominada La Laguna, ubicada a más de dos horas del casco urbano de Tumaco, allí conoció quién y para qué lo estaban buscando. "Allí llegó alias 'Yesid', comandante del Frente 29 de las FARC y la pregunta del millón fue: ¿El gobierno les ha oficializado ustedes para qué son los diálogos en La Habana?".  

Su misión era hablar con 470 guerrilleros que querían desmovilizarse, pero sin la mediación del Gobierno, tarea que, sin mayores conocimientos sobre cómo hacerlo aceptó. Con el paso del tiempo empezó a hablar con ellos  porque muchos de los milicianos eran sus familiares.  

Su trabajo empezó a dar frutos y pasó del temor por su vida a la admiración de sus vecinos. "A la comunidad le gustó lo que estábamos haciendo porque ya no hubo más muertes, más desapariciones, extorsiones, eso ayudó mucho a Tumaco", indicó.  

Pero, no todos los guerrilleros escucharon a Luis Alfredo, pues de los 470 solo 130 decidieron dejar las armas. "Los demás realmente esperaron, pero cuando integraron otros grupos,  los que eran sus amigos y compañeros se convirtieron en sus enemigos".  

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Dos años después, la mayoría de los desmovilizados persisten en la lucha para llevar la paz a sus territorios. "Ellos están con sus familias, con sus hijos, con sus padres; algunos están trabajando en sus fincas, en pesca y otros están con sus salones de belleza, porque es gente joven", cuenta Luis Alfredo, sin embargo, también lamenta de que cuatro de los desmovilizados hayan sido asesinados.  

Sin embargo, la violencia ha vuelto a Tumaco y Luis Alfredo tiene muy claro por qué: "Siempre habrá violencia si el Gobierno y la sociedad no se pone la mano en el pecho para ayudar a las comunidades marginadas, sobre todo en la Costa Pacífica y en el Chocó. En los lugares donde haya pobreza y miseria no habrá paz si no hay verdadera inversión social".  

Actualmente, la comunidad de nuevamente pide al Gobierno Nacional que se avance en la implementación de los Acuerdos de Paz, para que haya oportunidades y así las armas y el narcotráfico sigan siendo una opción de vida. 

Fuente

Sistema Integrado de Información

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