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Huelga de piernas cruzadas en 2011
Fundación Piernas Cruzadas

Las mujeres de la Fundación Piernas Cruzadas ya se habían puesto la camiseta con consignas que muchos recuerdan: “Por un nuevo amanecer, nos abstenemos del placer” u otra “Por un Barbacoas con Dignidad el sexo entra en austeridad”

Ruby Lolay Cabezas, una de las integrantes de este grupo, aseguró que por demoras en una licencia ambiental para proveer los materiales, se había retrasado la entrega de la vía que comunica a Barbacoas con Junín, lo que encendió las alarmas de las mujeres de la organización.

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"Pues sí, salimos a los medios a decir que íbamos a hacer la huelga porque el proceso de construcción de la carretera se había parado. Corponariño no había dado permiso ambiental y hacían falta unos recursos”, dijo.

El movimiento prometía convertirse en este 2020 en un segundo episodio de la histórica huelga de sexo que logró la construcción de una carretera o al menos de buena parte de ella. 

La huelga de sexo que paralizó Barbacoas

Han pasado nueve años desde aquella vez en que las mujeres de Barbacoas se indignaron porque era el colmo que una vía, que en buen estado tardaría una hora de un pueblo a otro, en su caso tardara de nueve a once horas, con riesgo de quedarse atascado en cualquiera de los barrizales. La decisión era clara: si no había carretera tampoco había sexo. 

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“Entonces nosotras decidimos no tener más sexo con nuestras parejas, decidimos hacer una huelga de sexo aquí en Barbacoas”, recordó la líder social.

Esa manifestación se conoció en el mundo entero. Los reportes de prensa daban cuenta en México, Estados Unidos, España, Venezuela y otros tantos países de una Huelga de Sexo que tardó cerca de tres meses.

Añadió que “fueron más de 300 mujeres que iniciamos la huelga, junto con el fundador del movimiento, don Diego Fernando Henríquez; La doctora Maribel Silva, Rubi Cabezas Castillo, Sonia de Jesús Vera, Alejandrina Perez, Socorro Rodríguez y un largo etcétera de mujeres que se sumaron a la indignación por el olvido estatal”.

Sus propias parejas se sumaron a la iniciativa y pudieron iniciar la construcción.

Faltan ocho kilómetros

Nueve años después se han construido 49 kilómetros de los 57 y recientemente la Fundación Piernas Cruzadas nuevamente se alzó para que la terminen, según Sonia Vera.

“Hicimos un pronunciamiento haciendo un llamado a la reflexión a la Gobernación y a Corponariño porque el trabajo se había paralizado hacía cuatro meses por la falta de licencia ambiental”, advirtió.

Luego de advertir ante los medios que la huelga de piernas cruzadas volvería, las autoridades se pusieron manos a la obra y rápidamente adelantaron las diligencias de licencia ambiental.

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En otras palabras, la Fundación Piernas Cruzadas lo logró de nuevo.

“Estamos esperando a que el trabajo avance. Si de aquí a un tiempo prudente no avanza, lógico, decidiremos nosotras qué estrategia tomar”, añadió Sonia.

Barbacoas está en el centro de Nariño. En el siglo XIX entraron por ahí el primer carro y el primer piano del departamento y allá en el año de 1848 hicieron un camino de herradura de 57 kilómetros para unir en 12 horas a Barbacoas con Junín. 

De grecia para Barbacoas 

La idea de una huelga de sexo se remonta a una obra teatral de Aristófanes llamada Lisístrata.

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Esta obra fue creada cerca del año 400 antes de Cristo y consistía en un grupo de mujeres que se compromete a excitar a sus maridos y luego frustrar sus deseos, nada menos que para acabar con la guerra del Peloponeso.

De esa manera se fundó uno de los grandes antecedentes de las reivindicaciones femeninas, que terminarían llegando a Nariño en el siglo XXI. 

El poder de la abstinencia también ha mostrado sus efectos en otros contextos colombianos, como cuando en el 2017 un grupo de mujeres en Santa Marta exigieron mejoras en el servicio de energía eléctrica, que obligó a sus maridos a conseguir el dinero para pagar la deuda que tenían con Electricaribe. 

También hubo una en la que las parejas de los pandilleros de Pereira lograron el final de los enfrentamientos entre bandas. 

Hoy, cuando se conmemora un nuevo Día Mundial de la Mujer, logrado a partir de generaciones enteras de mujeres que salieron a mostrar las incontables deudas históricas con su género, resulta prudente recordar a estas 300 nariñenses que cruzaron sus piernas, pero no sus brazos y aún hoy siguen trabajando por una comunidad marginada en Colombia.

Fuente

RCN Radio

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