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Referencia trabajadores Hospital San Francisco de Asís de Quibdó, Chocó.
Referencia trabajadores Hospital San Francisco de Asís de Quibdó, Chocó.
Cortesía: sindicato trabajadores Hospital San Francisco de Asís de Quibdó.

Al retraso en el pago de cuatro meses de salario a los trabajadores del Hospital San Francisco de Asís de Quibdó (Chocó), se suma ahora que 30 médicos, enfermeras, auxiliares y administrativos, están amenazados por grupos ilegales que les exigen el pago de extorsiones.

En las últimas horas circuló un panfleto firmado por las Autodefensas Revolucionarias Mexicanas en el que intimidan a una enfermera y a su familia. 

El interventor del hospital, Camilo Ramírez, expresó su preocupación por la situación de orden público y dijo que su esposa tuvo que salir de Quibdó debido a que también fue amenazada de muerte. 

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"En este momento yo creo que hay más de 30 personas que están siendo amenazadas. No son cuestiones directamente del hospital sino de la región, porque están cobrando extorsiones al personal del centro médico.  Tengo varias amenazas no solo contra mi vida sino a la de mi familia. Me tocó sacar a mi esposa de Quibdó", señaló.

Camilo Ramírez aseguró que sostendrá una reunión con funcionarios de la Gobernación de Chocó, el Ministerio de Salud y la Procuraduría para buscar una solución, debido a que los trabajadores están en anormalidad por el retraso en la nómina. 

"Se deben cuatro meses acumulados en el año, pero al personal se le pagó sueldo en noviembre y la prima de Navidad. En enero se pagó otro mes de sueldo", dijo.

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Una enfermera dijo que es "caótica" la situación económica. "Vamos a atender solo urgencias porque nos estamos enfermando y no hay insumos. Trabajamos con estrés, pero sí nos exigen que tenemos que llegar puntuales cuando no tenemos para los pasajes ni comida para nuestros hijos. Ni la salud nos habían pagado. Teníamos suspendidos algunos servicios. Somos personal de la salud, pero sin salud", señaló.

Desde hace un año los empleados han denunciado las amenazas de muerte. Incluso, la vivienda de un médico fue atacada para presionar el pago de $200 millones. Sus compañeros lideraron algunos plantones para exigir el respeto por la misión médica. 

Fuente

Sistema Integrado de Información

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