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Una voz de “lucha” se apaga ante las sombras de las famosas ‘casas de pique’ en Buenaventura

Foto RCN Radio.

 

Una pesadilla vive Doris Valenzuela, líder comunitaria, ya que lleva poco más de un año sin poder arribar a la ciudad que la vio nacer, Buenaventura, y menos sin poder visitar la tumba de su hijo que en estas tierras descansa.

La odisea surgió la noche del martes 18 de febrero del año 2014, cuando Valenzuela, escuchó gritos de lamento y dolor en una vivienda ubicada frente a la suya al interior del barrio La Playita, por lo que ella no dudo en denunciar el hecho ante las autoridades y fue allí donde comenzó el martirio para esta líder comunal.

Después de la denuncia, las autoridades encontraron los cuerpos descuartizados de tres pescadores, quienes habrían sido secuestrados y torturados por el no pago de impuestos.

La líder, víctima de las constantes amenazas, decidió abandonar el litoral pacífico y buscar un horizonte de supervivencia, pero, aún no comprende cómo estos delincuentes lograron ubicarla y los atentados y amenazas continuaron,  motivo que la conllevó a verse desplazada una vez más.

“Ella hizo todo por el barrio y aquí en la comunidad, todos la extrañamos”, aseguró una moradora de la “Playita” quien prefirió ocultar su identidad.

Tiempo después, las bandas lograron uno de sus cometidos, quitarle la vida a su hijo Cristian, desapareciéndolo y llevándolo a las famosas “casas de pique”, donde lo torturaron hasta más no poder.

“Es triste que Buenaventura siga sufriendo por personas desalmadas que se dedican a torturar y desaparecer personas inocentes” agregó la moradora anónima.

La pesadilla para Valenzuela no termina pues la historia de temor y terror persiste por la denuncia a los atentados contra la población bonaverense.