Cacerolazo en cárcel de Ibagué para exigir mejores condiciones de salud

De forma pacífica se cumplió, en la cárcel Picaleña de Ibagué, un carcerolazo organizado por los internos de este establecimiento, que exigen la adopción de mayores medidas de protección, para evitar nuevos casos de coronavirus. 

Desde sus celdas y otros puntos de los patios, los privados de la libertad hicieron un llamado a las directivas del centro penitenciario y a las autoridades de salud en la capital del Tolima para que garanticen la vida de más de 5.000 internos que permanecen allí. 

Entre las solicitudes se encuentra la implementación de protocolos que reduzcan el riesgo de propagación del virus en el complejo, mayor presencia de personal de la salud y también que se permita que quienes tienen condenas inferiores a cinco años puedan salir del lugar mientras se supera la emergencia sanitaria. 

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Esta es la segunda protesta que se desarrolla en el centro de reclusión, desde que se confirmó el primer caso de coronavirus. Cabre recordar que se trata de un interno de 27 años, proveniente de la cárcel de Villavicencio. 

El personero de Ibagué, Wilson Prada, explicó que uno de los requerimientos es la asignación de nuevo personal médico, ya que quienes se encargaban de esta área están en aislamiento preventivo tras la práctica de las pruebas de la COVID-19. 

“He estado en contacto permanente con la cárcel, tratando de atender las situaciones que se presentan. Me manifiestan que no hay personal médico suficiente, ya se coordinó con la fiduprevisora, para que estos sean remplazados por otro personal”, dijo el funcionario.

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Uno de los manifestantes expresó: “nosotros queremos que se nos respete la vida y la dignidad humana. Como repetimos al Gobierno Nacional, no queremos entrar a un choque, ni nada de violencia. Queremos que nos escuchen protestando pacíficamente porque la situación cada día es más grave”.  

En las últimas horas, también se han conocido denuncias de los reclusos de un patio excepcional, quienes aseguran que la población de la tercera edad, con enfermedades crónicas o discapacidad, requiere mayor atención y prestación constante de servicios, al considerarse de mayor vulnerabilidad en medio de la pandemia.